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La columna de Peláez: pensar

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Hernán Peláez Restrepo
30 de octubre de 2022 - 01:50 a. m.
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Hemos visto que muchas personas en cualquier campo de actividades hablan y después piensan. La lógica es pensar primero y hablar después. También hemos observado cómo varios directores técnicos de fútbol hacen señas a sus jugadores, pidiéndoles que piensen antes de elegir o proceder con distintas jugadas.

Como lo dijo Toni Kroos, el brillante jugador alemán del Real Madrid, “si pienso al fútbol en los próximos diez años, lo veo con preocupación. Los clubes buscan jugadores veloces, grandes y fuertes. Me preocupa que gane esa tendencia. No se preguntan si saben tocar el balón. Todos los equipos necesitan esos jugadores”.

La reflexión se puede aplicar a nuestro fútbol. ¿Cuáles son los jugadores que marcan diferencia por su categoría o su peso para poner a compañeros a jugar con opciones de gol? Los ejemplos son pocos y voy a nombrar a los que creo saben ese oficio. Sherman Cárdenas, Andrés Ricaurte, David Macalister Silva, Fabián Sambueza, Teo Gutiérrez, Mariano Vásquez y Pablo Lima. Quizá tengan ese papel Brayan Rovira (del Tolima), Neyder Moreno, Sebastián Gómez, Marlon Piedrahíta y, en plan de conseguir puesto, Roberto Hinojosa y alguno que queda en el camino.

Los mencionados piensan, saben elegir y aprovechar a sus laterales o delanteros en punta. Claro que, al paso que vamos, son más los correlones, llenos de entusiasmo y afán de protagonismo, sin aportar mucho al fútbol colectivo. Además, la época de la transición rápida y la necesidad de cantar gol generalmente concluyen mal. No por correr mucho se ganan los juegos. Una pizca de pausa, así se diga que en estas épocas es imposible frenar y dar paso a una fracción de segundos para acertar en la elección de un pase al compañero más opcionado para marcar un gol.

Es de aplaudir el ritmo frenético, la presión en todos los lugares del terreno, aunque a veces del afán no queda sino el cansancio. Pensar, y no resulta fácil, es la virtud de los buenos jugadores, que por lo descrito no abundan en nuestro fútbol. Pensar es dar prioridad al cerebro, que de inmediato envía el mensaje al tren inferior. Muchas personas leen un libro y no lo entienden. En el fútbol es lo mismo. Muchos corren sin pensar para dónde van, no entienden o no saben cómo leer el juego.

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