Publicidad

Leonel Álvarez, el técnico de Colombia

Sigue a El Espectador en Discover: los temas que te gustan, directo y al instante.
Hernán Peláez Restrepo
18 de octubre de 2009 - 04:58 a. m.
Resume e infórmame rápido

Escucha este artículo

Audio generado con IA de Google

0:00

/

0:00

Ya no más llorar sobre la leche derramada. Sería más práctico ponernos a pensar en el futuro de la selección. Resultaría increíble que después de las tres últimas eliminaciones no hubiésemos aprendido de los errores.

Eduardo Lara, empleado de la Federación, no perderá su chanfaina y regresará al puesto para el cual lo habían contratado, es decir, manejo de divisiones menores, y quizás en un futuro, de acuerdo con el pensamiento de Fifa, una selección Sub 21 para participar en las eliminatorias de Olímpicos.

Eso significa que el camino está allanado para conseguir a otra persona capaz de sacarnos de este marginamiento mundial. Es evidente que lo primero será, para quienes conforman el cuerpo técnico, donde no figuran ex futbolistas, solicitar cantidad de hojas de vida, advirtiendo que el costo será alto y esa consulta es necesario hacerla con anticipación. Los presupuestos existen cuando se quiere adquirir prestación de servicios o activos. Sin esa cifra disponible es inútil comenzar a licitar por el cargo, porque dicho sea de paso, debe ser una licitación, donde queden claras las condiciones y objetivos. El cuento de “yo ofrezco trabajo” es en este instante una frase innecesaria, por no decir demagógica. El que llegue debe cumplir con la meta de conseguir, en el caso de las eliminatorias, 28 puntos. Si nadie se compromete, terminará el asunto como ha venido ocurriendo. Es decir, las responsabilidades de directivos, cuerpo técnico y jugadores se diluirán con los días y acá no habrá pasado nada.

Como los interesados queremos mejorar y ganar, voy a proponer desde mi modesta opinión lo siguiente: quien llegue, debe permanecer en el país para mirar y observar el comportamiento de los jugadores en los torneos locales. Tendrá que conversar con técnicos, preparadores físicos, médicos, acerca del momento de los jugadores que él considere merecerían una convocatoria.

Los juegos amistosos que tengan una frecuencia al menos de uno mensual, se jugarán en Colombia y sólo después de seis o siete partidos. Trabajar de martes a jueves con los planteles convocados de jugadores en Colombia, es la única manera de ir progresando en mecanización de movimientos defensivos y trabajos de ataque.

El orden es claro. Primero elegir al técnico, conocer el proyecto a largo plazo, comprometerlo a  su labor, elegir la sede y ante todo el modus operandi en las semanas para ir aglutinando el grupo de jugadores, quienes deben conocer con anticipación si son capaces de jugar el sistema que el DT escoja. Después, confiemos en una persona que sea clara en sus intenciones y formas de trabajo y para que estas líneas que pueden considerarse recomendaciones simplistas, doy el nombre de quien me parece merece una oportunidad: Leonel Álvarez, como jugador fue serio, responsable, profesional, y como técnico está demostrando capacidad y carisma.

Conoce más

 

Sin comentarios aún. Suscríbete e inicia la conversación
Este portal es propiedad de Comunican S.A. y utiliza cookies. Si continúas navegando, consideramos que aceptas su uso, de acuerdo con esta  política.