Vi a Falcao García jugando a su estilo propio, que resulta no solamente aplaudido por los hinchas de River Plate sino eficaz a la hora de definir con el cabezazo, aparentemente su mejor argumento para el gol.
La pregunta obvia: ¿por qué en la selección no funciona? La respuesta debe ser porque en River lanzan centros, lo buscan en el juego aéreo y no rehúsa estar ubicado en el área menor del contrario. Cosa distinta en la selección de Colombia, donde se muestra inseguro, alejado del arco rival y sin apoyo por los costados. Sé que los jugadores profesionales deben recibir y acatar órdenes, pero también están en la obligación de objetar las recomendaciones, buscando un mejor aprovechamiento para sus condiciones y nadie mejor que el mismo jugador para conocerlas.
Vi un juego interesante entre Júnior y Millonarios. Es increíble que el equipo barranquillero con ese grupo de jugadores y ese empuje, esté tan abajo en la tabla del descenso y tan alto en el finalización. Es una de esas contradicciones que ofrece nuestro campeonato. Ojalá Milton Rodríguez, que venía acertando gol por partido con los azules, no haya perdido la inspiración por los 15 minutos que actuó en Santiago de Chile, con la selección. Claro está que la reflexión es más propia de quienes creen en supersticiones.
Vi que también que en el campeonato local los goles están costando mucho. Apenas 15 en nueve juegos, como si la sequía de la selección hubiese contagiado a los de casa. Claro que el golazo de tiro libre del joven Valencia, del Huila, y de Luis Perea, del Nacional, reconfortan por su misma factura.
Conversando con Nelson Gallego, que trabaja con los delanteros del Pereira, él afirmaba que Carlos Darwin Quintero quizás sea mejor aprovechado como puntero derecho. Claro que ante el Cúcuta, por su movilidad, se adentró en las líneas motilonas y consiguió los tres puntos que dan vida a los matecañas para sobrevivir en la primera división.
No lo vi, pero sé que el Santa Fe no juega como quisieran sus hinchas, así los resultados le vayan dando puntos que lo sostienen adelante en la reclasificación. Por supuesto que revive la pregunta aquella: ¿es mejor jugar bonito, lúcido o ganar así sea a los trancazos? La respuesta es sencilla, primero ganar y después jugar para la recreación y los aplausos. En eso Bolillo Gómez es consistente con su esquema y pensamiento. El fútbol pasa por varias etapas y esta que vive el Santa Fe se podría calificar como práctica.
Vi a Falcao García jugando a su estilo propio, que resulta no solamente aplaudido por los hinchas de River Plate sino eficaz a la hora de definir con el cabezazo, aparentemente su mejor argumento para el gol.
La pregunta obvia: ¿por qué en la selección no funciona? La respuesta debe ser porque en River lanzan centros, lo buscan en el juego aéreo y no rehúsa estar ubicado en el área menor del contrario. Cosa distinta en la selección de Colombia, donde se muestra inseguro, alejado del arco rival y sin apoyo por los costados. Sé que los jugadores profesionales deben recibir y acatar órdenes, pero también están en la obligación de objetar las recomendaciones, buscando un mejor aprovechamiento para sus condiciones y nadie mejor que el mismo jugador para conocerlas.
Vi un juego interesante entre Júnior y Millonarios. Es increíble que el equipo barranquillero con ese grupo de jugadores y ese empuje, esté tan abajo en la tabla del descenso y tan alto en el finalización. Es una de esas contradicciones que ofrece nuestro campeonato. Ojalá Milton Rodríguez, que venía acertando gol por partido con los azules, no haya perdido la inspiración por los 15 minutos que actuó en Santiago de Chile, con la selección. Claro está que la reflexión es más propia de quienes creen en supersticiones.
Vi que también que en el campeonato local los goles están costando mucho. Apenas 15 en nueve juegos, como si la sequía de la selección hubiese contagiado a los de casa. Claro que el golazo de tiro libre del joven Valencia, del Huila, y de Luis Perea, del Nacional, reconfortan por su misma factura.
Conversando con Nelson Gallego, que trabaja con los delanteros del Pereira, él afirmaba que Carlos Darwin Quintero quizás sea mejor aprovechado como puntero derecho. Claro que ante el Cúcuta, por su movilidad, se adentró en las líneas motilonas y consiguió los tres puntos que dan vida a los matecañas para sobrevivir en la primera división.
No lo vi, pero sé que el Santa Fe no juega como quisieran sus hinchas, así los resultados le vayan dando puntos que lo sostienen adelante en la reclasificación. Por supuesto que revive la pregunta aquella: ¿es mejor jugar bonito, lúcido o ganar así sea a los trancazos? La respuesta es sencilla, primero ganar y después jugar para la recreación y los aplausos. En eso Bolillo Gómez es consistente con su esquema y pensamiento. El fútbol pasa por varias etapas y esta que vive el Santa Fe se podría calificar como práctica.