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Ojalá la selección de los dueños del fútbol, que quisiéramos fuera la de Colombia, encuentre un estilo de juego novedoso y productivo. Para ello, es claro que el señor Lorenzo tiene jugadores regados por varios lugares y será cuestión de no equivocarse en su escogencia, siendo ajeno a presiones de varios sectores. Cosa bien diferente ocurre con los técnicos que desfilan por equipos, pues allí los planteles buenos o discretos resultan la materia prima, sin que muchas veces tengan injerencia en la contratación de los jugadores.
Menos mal seguimos disponiendo de delanteros, sobre todo los llamados extremos o punteros en épocas lejanas. Luis Díaz, Luis Sinisterra y John Arias, por mencionar a quienes están figurando con reconocidos aportes en cuadros del exterior. Sin embargo, en otros puestos no es tanta la abundancia. En estos días de transferencias en Europa, es relevante el caso de los laterales. Todos los grandes equipos buscan contar con jugadores que en los costados sepan ir, apoyar y regresar. En los esquemas de hoy juegan papel importante y son, sin pruebas contundentes, los encargados, con su movilidad, de resolver la ausencia de los llamados número diez, sin ignorar la capacidad de los volantes mixtos, aquellos que piensan en llegar al área rival y están preparados para regresar a auxiliar a sus zagueros o poder armar una figura sólida, defensivamente hablando. Creo que, esculcando bien en el seno del fútbol casero, algunos podrían servir.
Ojalá, y es lo fundamental, que el señor Lorenzo, quien dice conocer nuestro medio, tenga bien craneado el plan de juego para garantizar clasificar al mundial de 2026.
Ojalá, y pasando a otros asuntos, podamos contar con laboratorios homologados para realizar los controles antidopaje, una herramienta autorizada por la misma FIFA y que corresponde al Mindeporte hacerla efectiva. Cualquier resultado positivo que se conozca puede ser impugnado por el futbolista afectado o por su club por el solo hecho de que el laboratorio no está reconocido.
Ojalá no veamos más casos en los que un equipo pide expresamente un vigilante para un árbitro, como ocurrió con el señor Gallo. Ya es suficiente con el VAR. Lo mejor sería que el señor Gallo, experto en uso e interpretación del VAR, eso dicen, adelante su viaje a Catar, porque en cada una de sus gestiones con el pito siempre se ve cuestionado por jugadores y clubes.
Ojalá le vaya bien a Miguel Ángel Borja en River Plate, por donde ya desfilaron con goles y reconocimiento Juan Pablo Ángel, Falcao García y Rafael Santos Borré. Y, de paso, recuperaríamos un goleador para la selección. Ojalá.
