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Con sólo verlo moverse en el campo, apreciar sus remates y los fundamentos que le permiten jugar tan bien, no hay lugar a equivocación. Este Giovanni Moreno pinta bien en la primera división. Ya se conocían a distancia sus éxitos en el torneo de ascenso. Tiene un futuro enorme acá y afuera.
Su apellido es plenamente futbolero. Desde El Charro Moreno, pasando por Mario Moreno, Antonio Jamundí Moreno, Pepe Moreno, todos estos del América, fueron protagonistas de nuestro fútbol. Y hay más nombres. Están Tressor Moreno, Walter Moreno, entre otros.
Volviendo a Giovanni, su estatura, presencia en el campo, atrevimiento para hacer ‘sombreros' al contrario y sobre todo, la fe que demuestra en el momento de rematar a distancia, marcan diferencia. Bastaría preguntarle al arquero Ospina de Nacional lo mucho que sufrió con su presencia.
Por supuesto que vendrán para él juegos discretos, perderá partidos, pero allí irá fortaleciendo el espíritu y finalmente cuajará como un jugador interesante. De ahora en adelante conocerá más rigor en los volantes de primera línea a la hora de marcarlo, apretarlo y restarle libertad. Su juventud es de todas formas su mejor aliado. Apenas lo vi un partido, claro que al buen bailarín se le reconoce por sus primeros pasos y al buen jugador, con sólo verlo caminar, uno deduce si sabe o no.
Y así como Moreno, pintan bien unos cuantos jóvenes. Por ejemplo, Mosquera y Toloza, en Santa Fe, ratifican condiciones ya apreciadas en el Quindío, del año pasado. El volante sabe con la pelota y el delantero con su velocidad dispone de capacidad de definición. Dicen que un pelado del Quindío, Danny Santoya, pinta bien. Otros, como Estrada, de Millos, y Danilson Córdoba, van por camino cierto.
Todo lo anterior alegra el panorama de este fútbol, cada vez más juvenil, sin desconocer que uno u otro extranjero también merecen aplausos: Caneo, en el Chicó o el paraguayo Peralta, en el Pereira. Quizás Amarilla, en el Cúcuta, al lado del boliviano Cabrera y el cabecipelao Pérez, del DIM, así como el pelietas de Casanova, en Bucaramanga y Seijas, en Santa Fe, demuestran que con poco poder adquisitivo de nuestros equipos, bien se pueden localizar aportes interesantes para nuestro balompié.
En la vida del periodismo deportivo es mucho más fácil descalificar que calificar. En esto, quiero quedarme en este lado de la calle, aplaudiendo a los buenos, que siempre los habrá. Los malos se irán por su propia cuenta, casi sin darnos cuenta. Por eso aplaudo estos retoños del momento, encabezados por Giovanni Moreno.
