Un lector y seguramente oyente de programas sobre fútbol, Fernando Zabaleta, pregunta lo siguiente: ¿por qué Barcelona está ganando 6 a 1 al Rayo Vallecano y en el minuto 88 sigue atacando, y Santa Fe va arriba 2 a 0 frente al Atlético Huila y decide echarse para atrás para defender la ventaja y termina castigado por el empate a dos goles? ¿Por qué?
Se pueden encontrar varias respuestas. No creo que el técnico argentino Gustavo Costas haya enviado un mensaje sobre defensa a ultranza. Él sabe, y lleva años en esto, que cuando un rival se pone en el marcador 2 a 1 queda cerca de empatar y la única manera de sostener la ventaja es reiniciar los ataques para conseguir el 3 a 1. Eso está escrito en la biblia del fútbol.
Solamente el arquero del equipo debe comenzar a enviar mensajes a los zagueros para que estos a su vez los comuniquen a los de arriba, en el sentido de salir, de no retroceder, ni enconcharse y continuar con intensidad, sosteniendo la ventaja.
Siempre escuché a directores técnicos ofreciendo explicaciones sobre esta circunstancia y dando a entender que nunca dieron órdenes a sus jugadores de irse a vivir al pie de su arquero. Entonces, ¿quién toma la decisión? Es una reacción propia e inconsciente de los jugadores? Lo malo de este caso es que en nuestro fútbol vemos eso permanentemente. No sé si es por miedo a perder e ir creando un clima de conformismo que les hace mal a nuestro fútbol y a los equipos.
La mejor manera de sostener una ventaja es continuar buscando un gol o más, no solamente para respetar al rival, sino para evitar reproches como los del señor Zabaleta.
El análisis del mal momento que vive Millonarios se resume en una pregunta al técnico argentino Ricardo Lunari: ¿cuál es su plan de juego? ¿Cuatro o tres defensas, uno o dos volantes de marca, cuántos para zona de creación, un delantero en punta o dos?
Si Lunari tiene las respuestas a estas simples inquietudes, ya podrá contárselas a sus jugadores y le corresponderá escoger a quienes mejor se adapten a su idea. Si no construye este ejercicio, estará perdido y Millonarios continuará en espiral descendente.
Un lector y seguramente oyente de programas sobre fútbol, Fernando Zabaleta, pregunta lo siguiente: ¿por qué Barcelona está ganando 6 a 1 al Rayo Vallecano y en el minuto 88 sigue atacando, y Santa Fe va arriba 2 a 0 frente al Atlético Huila y decide echarse para atrás para defender la ventaja y termina castigado por el empate a dos goles? ¿Por qué?
Se pueden encontrar varias respuestas. No creo que el técnico argentino Gustavo Costas haya enviado un mensaje sobre defensa a ultranza. Él sabe, y lleva años en esto, que cuando un rival se pone en el marcador 2 a 1 queda cerca de empatar y la única manera de sostener la ventaja es reiniciar los ataques para conseguir el 3 a 1. Eso está escrito en la biblia del fútbol.
Solamente el arquero del equipo debe comenzar a enviar mensajes a los zagueros para que estos a su vez los comuniquen a los de arriba, en el sentido de salir, de no retroceder, ni enconcharse y continuar con intensidad, sosteniendo la ventaja.
Siempre escuché a directores técnicos ofreciendo explicaciones sobre esta circunstancia y dando a entender que nunca dieron órdenes a sus jugadores de irse a vivir al pie de su arquero. Entonces, ¿quién toma la decisión? Es una reacción propia e inconsciente de los jugadores? Lo malo de este caso es que en nuestro fútbol vemos eso permanentemente. No sé si es por miedo a perder e ir creando un clima de conformismo que les hace mal a nuestro fútbol y a los equipos.
La mejor manera de sostener una ventaja es continuar buscando un gol o más, no solamente para respetar al rival, sino para evitar reproches como los del señor Zabaleta.
El análisis del mal momento que vive Millonarios se resume en una pregunta al técnico argentino Ricardo Lunari: ¿cuál es su plan de juego? ¿Cuatro o tres defensas, uno o dos volantes de marca, cuántos para zona de creación, un delantero en punta o dos?
Si Lunari tiene las respuestas a estas simples inquietudes, ya podrá contárselas a sus jugadores y le corresponderá escoger a quienes mejor se adapten a su idea. Si no construye este ejercicio, estará perdido y Millonarios continuará en espiral descendente.