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Ya comenzó el Mundial 2022 en Catar, tal vez el más cuestionado en muchos años. Por la época en la que se juega, cuando la tradición era disputarlo a mitad del año; por las altísimas temperaturas, que los cataríes aseguran haberlas minimizado con potentísimos equipos de refrigeración ubicados en los estadios, y ni hablar del aspecto político que lo ha rodeado, haciendo énfasis en la violación de derechos humanos, donde la mujer no es tratada como persona racional.
Por supuesto que el maltrato físico y la explotación de la mano de obra importada para la construcción de escenarios, con un número de fallecidos altísimo, por falta de seguridad laboral y mínimas condiciones de trabajo, son un pecado inocultable y grande.
El ambiente y las restricciones para los turistas no son las mejores. Así y todo, quienes adjudicaron la sede se llenaron los bolsillos por la descarada compra de votos para la elección, cuando Blatter, presidente de la FIFA en su momento, y Platini, representando a la UEFA, orientaron la votación en este pequeño país, lleno de petróleo y dólares.
En el campo futbolístico, creo que todos en Suramérica esperamos el protagonismo de las cuatro selecciones. Es más, Argentina y Brasil figuran en la reducida lista de candidatos para la final. Uruguay, sin mucho ruido, aunque selección curtida en estas lides, puede ser noticia. Tiene la duda de Cavani, porque ellos con más limitaciones organizarán el ataque con Luis Suárez, Darwin Núñez y el citado Cavani. No mucho se espera de Ecuador, que con excesivo desgaste por el caso de Byron Castillo llega a mostrar formación con fuerza y entrega. Resulta evidente que la presión y la obligación no están en la carpeta de Gustavo Alfaro. Con tranquilidad y sin afán intentarán avanzar a siguiente ronda.
Hablando de Argentina, con cambios a último momento, tiene un grupo del medio hacia delante con altísimo puntaje de rendimiento, al igual que Brasil. Di María, Messi, Julián Álvarez parece ser el grupo elegido por Scaloni, apoyados por un grupo fuerte de volantes. Brasil, que llevó nueve delanteros, parece inclinar a Tite por Raphinha, Richarlison y Vinicius. Visto así, las dos selecciones, que salen y saben buscar el juego, sin pensar en esquemas ultradefensivos, tienen con qué ganar.
Aunque en esto ninguna selección posa de invencible, es evidente que toda la energía va para los dos, con jugadores desequilibrantes como resultan Messi y Neymar, y en menor escala Valverde para Uruguay.
Quisiera, así se requiera encontrar un ganador en semifinal entre Argentina y Brasil, que Suramérica tenga representante en la final. Sea contra quien sea, si no logramos, hablo de Colombia, estar en la fiesta grande, que quienes nos eliminaron consigan los triunfos y los puntos que fuimos incapaces de obtener.
