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Hernán Peláez Restrepo
22 de julio de 2014 - 01:58 a. m.
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Volver a nuestro campeonato es intentar entender el fútbol de la casa y regresar en la búsqueda de novedades o al menos descubrir nuevos valores para paliar de alguna forma el guayabo que dejó el Mundial.

 Es también animar a los jugadores para que algunos llamen la atención del seleccionador, sea Pékerman o quien venga, pensando en la Copa América de Chile en 2015.

Esta primera fecha, jugada por retazos, tres juegos aplazados, formaciones apenas despegando, esa al menos es una disculpa discutible, muy poco dejaron. No es pesimismo ni mucho menos, sino una realidad. Por eso el público, con pereza, apenas se acercó a los estadios, a excepción del clásico paisa.

Millonarios parece no haber sacado conclusión alguna del Mundial. Ganaba con facilidad 2-0 y decidió dar paso a un ‘descanso’ inexplicable dentro del juego con Envigado.

Es bueno recordar que si un equipo rápidamente se pone 2-0, debe mantener la continuidad, la presión y buscar más goles. Quiso entretenerse con la pelota y llegó a sentir susto cuando el asunto pasó a ser 2-1. Allí despertó, se pellizcó y entendió que le podían empatar hasta de casualidad y no propiamente porque el naranja jugara mejor.

Quien sabe por cuál razón entendió el juego así. Pero fue interesante observar cómo por la zona derecha con Ochoa y Leudo puede montar una buena opción de ataque. Vásquez y Máyer pueden asociarse y producir más fútbol, mientras Agudelo y el peruano Polo bien pueden resultar una solución momentánea, porque su público exige un reemplazo de categoría para Dayro Moreno. Ya Lillo, el técnico, confesó estar enterado de la falta de billete para tal fin. Ganó por ser eficiente y cuando Álvarez marcó el penal, los de la visita no tuvieron tiempo para ir al arco de Ramos.

En el clásico antioqueno me resultó más activo, movedizo y con más ritmo el Medellín, sobre todo en el primer tiempo. La ausencia de Álex Mejía permitió a Córdoba adueñarse del plan de desbaratar las intenciones de los verdes, que al igual que Millos, poco a poco, pueden aprovechar la zona derecha con Bocanegra y Luis Carlos Ruiz. Algo insinuaron en su juego y por ahí puede tener Osorio una interesante oportunidad de gol. Es cuestión de mecanizar de forma aceptable sus desplazamientos.

Pero el fútbol es tan curioso, que el mejor gol de la jornada resultó el de Berbatov, con el Mónaco en Barranquilla, donde la asistencia demostró que cuando se fijan partidos de interés, el público va y paga. De ahí los aplausos para Berbatov, quien sabe jugar y definir de manera espectacular ante el arco. Camina, sí, porque los otros corren mucho, sin pensar...

Ah y volví a ver cómo los arqueros que conocen el reglamento, Nelson Ramos y Leandro Castellanos, cuando el juego está por terminar, ‘acusan’ lesiones que no tienen y los árbitros comen cuento. Había que volver y hay que esperar una mejora en los juegos y los goles.

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