Publicidad

El paro, lo que queda y lo que sigue

Sigue a El Espectador en Discover: los temas que te gustan, directo y al instante.
Hernando Gómez Buendía
18 de julio de 2021 - 05:30 a. m.
Resume e infórmame rápido

Escucha este artículo

Audio generado con IA de Google

0:00

/

0:00

Sabemos cuándo y cómo comenzó, pero ignoramos hasta dónde llegarán sus consecuencias.

El paro comenzó porque Duque propuso aumentar los impuestos en medio de la más grave crisis social de la historia y sabiendo que el Congreso no pasaría su reforma. Esta fue la estupidez que hizo estallar todos los viejos —y los nuevos— descontentos de Colombia.

Una parte pequeña de ese descontento se alivió con las supuestas victorias del paro: se cayó la reforma que había nacido muerta, renunció Carrasquilla, acabó de ahogarse la reforma a la salud, vino la CIDH y regañó al Gobierno…

También quedaron medio satisfechos algunos grupos o grupitos que aprovecharon la oportunidad: vacunación anticipada para los maestros, matrícula cero para universitarios, mercados gratis para unos pocos jóvenes de “Puerto Resistencia”...

Los gremios, las iglesias, las personas de bien y demás fuerzas vivas (o bobas) del país por supuesto llamaron a la concertación “entre todos los sectores”. El Gobierno y el Comité del Paro pretendieron hacer eso, pero el intento no podía funcionar porque la agenda era o es muy gaseosa (unas 108 demandas disparejas) y, más de fondo, porque en Colombia nadie representa a nadie.

Claro está que el apretón de la pandemia agravó el descontento en todas partes, pero los paros de otros muchos países tienen motivos y objetivos específicos: Hong Kong no quiere depender de China, los libaneses quieren expulsar a los ladrones, el Black Lives Matter rechaza la discriminación, los cubanos por fin se rebelaron contra el fracaso de lo que llaman “socialismo”… Incluso los chilenos se toparon con la Constitución de Pinochet y ahora van a cambiarla, como si así se arreglaran los problemas sociales.

Algunos en Colombia propusieron como meta concreta la renuncia de Duque —hasta que alguien notó quién sería su reemplazo—. Así que el paro colombiano no tenía ni tiene una causa común ni un propósito claro. Es una suma dispar de descontentos cuyo gran escenario previsible serán las elecciones del año que viene. Sería el voto masivo contra el statu quo, la ilusión populista del candidato que prometa milagros: es lo que suele ocurrir en América Latina… y es el remedio que agrava los problemas.

Queda la opción deseable e improbable de que los inconformes se organicen como un partido político y vayan construyendo con esfuerzo y paciencia ese futuro mejor que desean.

E infortunadamente queda la opción, menos remota, de una secuencia creciente de explosiones sociales, con respuestas cada vez más violentas del Gobierno y hasta ponernos muy cerca del fascismo.

Lo único que nadie debe ignorar es que Gran Descontento llegó para quedarse… ya para este 20 de julio nos anuncian que otra vez lo veremos asomarse.

(Para mejor apreciar la encrucijada nacional, invito a la lectora o el lector a mi libro Entre la Indepedencia y la pandemia. Colombia, 1810 a 2020).

* Director de la revista digital “Razón Pública”.

Conoce más

Temas recomendados:

 

Maria(12563)06 de agosto de 2021 - 04:08 p. m.
Pagué el libro el 26 de julio de 2021, Ya hace 12 días y no lo he recibido, ni noticia alguna. FAVOR INFORMAR URGENTE qué pasó y/o enviar copia del comprobante de la guía de despacho. Gabriel Ruiz ntcgra@gmail.com Cali
Judith(76151)18 de julio de 2021 - 09:58 p. m.
Me parece más que específico como motivo del paro la Insatisfacción de las necesidades básicas. No entiendo. Ud ni siquiera ha caído en cuenta de ello? Eso le pasa a los Narcis. Dele que dele con su libro. Léanme! Yo soy el mejor!
Jorge(55906)18 de julio de 2021 - 09:43 p. m.
Sr. Buendía, cada país es diferente y así tambien las soluciones a sus problemas sociales. Al parecer, Ud. es de los que cree ingenuamente que permaneciendo callados, quietos, ante tanta villanía y esperando que esta generación de perversos dirigentes adopten las soluciones que las mayorías esperan, nos permitan vivir en un país mejor. Los movimientos sociales son dinámicos. Así no le guste.
ricardo(01622)18 de julio de 2021 - 08:29 p. m.
Lamentable que un sociologo de tanta trayectoria, caiga en el síndrome del buen colombiano, cuando cree que todo afuera es orden y en colombia caos. Seguimos con la patria boba y el mentado libro buscando ser bestseller.
Oscar(85691)18 de julio de 2021 - 08:11 p. m.
¿"Cerca del fascismo"? Ojos afuera con Martha Lucía mintiendo, Duván aparece asesinado y faltan decenas de desaparecidos, armas letales usadas por el ESMAD disparadas al aire...de los pulmones de los manifestantes, en fin, el fascismo campea.
Este portal es propiedad de Comunican S.A. y utiliza cookies. Si continúas navegando, consideramos que aceptas su uso, de acuerdo con esta  política.