Publicidad

La verdad sobre Venezuela

Sigue a El Espectador en Discover: los temas que te gustan, directo y al instante.
Hernando Gómez Buendía
19 de diciembre de 2021 - 05:10 a. m.
Resume e infórmame rápido

Escucha este artículo

Audio generado con IA de Google

0:00

/

0:00

Venezuela es petróleo y su historia atormentada ha sido la consecuencia de depender del petróleo.

Esta es la cara del asunto que prefieren ignorar los enemigos de Maduro: el 29 de enero de 2019 Trump congeló los activos de Petróleo de Venezuela SA (PDVSA) y los ingresos petroleros que pasen por bancos vigilados por Estados Unidos. Este país compraba el 41 % del crudo venezolano y otros países que apoyan a Guaidó compraban otro 34 %: Venezuela se quedó sin el 75 % del valor de sus exportaciones.

Las sanciones comenzaron en 2014, cuando el Congreso estadounidense autorizó al presidente para bloquear activos y prohibir transacciones desde Venezuela a manera de castigo por violación de los derechos humanos. Desde entonces —y a medida que Maduro cometía más atropellos— PDVSA entró en la lista de empresas con las cuales un ciudadano norteamericano o un banco internacional no pueden tener negocios. El Banco Central y otras 85 firmas venezolanas han sido sancionados, al igual que 78 funcionarios cuyas cuentas están intervenidas. La Unión Europea ha venido añadiendo sus propias sanciones.

Los funcionarios en cuestión pueden ser bandidos como Álex Saab, pero la plata grande es del petróleo, es decir, de los venezolanos. Por eso estamos ante un caso de “castigo colectivo de la población civil”, expresamente prohibido por los Convenios de Ginebra. Un crimen de Estados Unidos contra el pueblo venezolano en medio de la pandemia y de la peor crisis humanitaria en un siglo.

El futuro, si cabe, es más oscuro. Los barcos venezolanos deben pagar los puertos por anticipado y esto implica tener ventas de contado, el crudo que produce este país es pesado y casi todas las refinerías del mundo necesitan petróleo liviano o mezclado, lo que hoy exporta Maduro a China y Rusia es para pagar préstamos anteriores… Y, sobre todo: el petróleo no tiene futuro si es que la humanidad quiere tener futuro.

Esta había sido la historia de Venezuela antes de Chávez: entre 1928 y 1998 los cogollos se robaron las bonazas petroleras, hasta que el pueblo indignado eligió al coronel Chávez.

Y comenzó la cara del asunto que sí ven los detractores de Maduro: la debacle se inició antes de 2014 y fue culpa exclusiva del chavismo. Desde su posesión en febrero de 2009, Chávez les metió mano a las finanzas de PDVSA, nombró a gerentes de bolsillo, liquidó sus inversiones en el extranjero, nacionalizó las Asociaciones Estratégicas, causó la desbandada de los técnicos, duplicó la planta de personal, subsidió a Cuba y otros países caribeños, forzó varios negocios ruinosos y agravó la corrupción.

A resultas de lo todo lo anterior, la producción cayó de 3,4 millones de barriles diarios en 2008 a 1,4 millones en 2014 y a menos de 400.000 el año pasado. Una caída del 90 %.

Lo único bueno que puede decirse del chavismo es que usó parte de la bonanza de 2003-2014 para pagar las “misiones sociales” que sin duda mejoraron —por un tiempo— la calidad de vida de las mayorías.

Como escribo desde Colombia, debo decir que nuestra bonanza energético-minera de 2003 a 2014 sirvió para pagar la escalada militar contra las Farc, multiplicar la burocracia, repartir las limosnas que se llaman Familias en Acción y abaratar las importaciones para arruinar a los agricultores e industriales de Colombia.

¿Por qué será que los latinoamericanos no acertamos con ninguna?

(Amplío este análisis en Entre la Independencia y la pandemia. Colombia, 1810 a 2020).

* Director de la revista digital Razón Pública.

Conoce más

 

Alberto(3788)19 de diciembre de 2021 - 09:51 p. m.
Magnífico análisis.
anselmo(12946)19 de diciembre de 2021 - 08:52 p. m.
Es lamentable que la Europa de hoy sea el perrito faldero de los gringos que lo acompañan en todos los atropellos e ilegalidades contra pueblos débiles como el venezolano. Otra era la Europa de los 60 y 70 que era un fortín moral(con contadas excepciones) que denunciaba y se oponía a esta clase de atropellos por parte del imperio. Hoy solo China y Rusia lo hacen.
anselmo(12946)19 de diciembre de 2021 - 08:41 p. m.
Excelente y realista columna. Para los pueblos tanto de Colombia como de Venezuela el petróleo en vez de ser causa de riqueza ha sido de atraso y pobreza, por culpa de la clase politiquera torpe y corrupta que lo convirtió en su principal botín en contubernio con el imperio. Cuando Chávez trató de romper ese contubernio vino el odio, bloqueos y sanciones tratando de tumbar ese gobierno.
Mario(16018)19 de diciembre de 2021 - 07:38 p. m.
Es cierto que es un castigo al pueblo, pero todo, culpa de Maburro, si a este le doliera su pueblo cambiaría de esa actitud represora y criminal que es lo que le están enrostrando.
Leon(31682)19 de diciembre de 2021 - 05:57 p. m.
Hernando, Medofilo Medina publico dos libros sobre Venezuela, el primero es sobre Chavez, ahi las cosas estan muy claras. Y Chavez se lleva la razon.
Este portal es propiedad de Comunican S.A. y utiliza cookies. Si continúas navegando, consideramos que aceptas su uso, de acuerdo con esta  política.