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Las elecciones que vienen: tres matrimonios forzados

Hernando Gómez Buendía

16 de noviembre de 2025 - 12:06 a. m.
“Si la izquierda escoge a quién la representa, se queda con Iván Cepeda. Si elige al que puede ganar, escoge a Roy”: Hernando Gómez Buendía.
Foto: Archivo Particular

La política colombiana es como esas telenovelas donde uno sabe quién va a terminar con quién, pero igual se queda viendo para ver cómo pelean. En 2026, el romance no será entre candidatos y votantes, sino entre candidatos y sus propios bloques, que andan tan divididos como un chat de familia en vísperas de elecciones.

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Empecemos por la izquierda, ese universo que oscila entre la poesía épica y la asamblea de vecinos. Aquí no hay sino dos presidenciables (los demás, por ahora, son relleno):

1. Iván Cepeda habla pausado, piensa antes de contestar y jamás le grita a un periodista. La base lo seguirá, pero al resto del país lo asusta demasiado.

2. Roy Barreras sabe negociar, recomponer, traicionar, reconciliar y volver a comenzar. Ninguna garantía ideológica, pero más viabilidad electoral.

Si la izquierda escoge a quién la representa, se queda con Cepeda. Si elige al que puede ganar, escoge a Roy. Es simple: Cepeda es la fidelidad; Roy es la posibilidad.

Pasemos al centro, ese extraño universo donde las personas no se insultan, pero tampoco conversan entre sí. Aquí hay otros dos aspirantes con opción (los demás, por ahora, son relleno):

1. Sergio Fajardo es el profesor correcto, amable, con una hoja de vida impecable. Su problema es de percepción, porque la gente en un país polarizado no sabe si es chicha o es limonada.

2. Claudia López tiene energía, coraje, formación académica y experiencia comprobada. Su desafío es de imagen, porque según las encuestas despierta tantas simpatías como antipatías.

Traducción: Si el centro se unifica a tiempo, puede ganar con cualquiera de los dos, pero si se demoran, se eliminan mutuamente.

Y llegamos a la derecha, la eterna patria del “orden se necesita”, pero en versión tropical. Aquí también hay dos opcionados (los otros, por ahora, son relleno):

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1. Vargas Lleras, que es el único capaz de juntar a Uribe con Gaviria y con los empresarios. A veces da coscorrones, pero sabe calcular; no es sexy, pero maneja los hilos del poder.

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2. Abelardo de la Espriella es la pasión, la bandera, la arenga y la plata rara. El riesgo: que el resto de la gente se dé cuenta de quién es.

Traducción: Si la derecha quiere gobernar, termina con Vargas Lleras; si quiere reafirmar su identidad, termina con Abelardo.

Conclusión: si la derecha o la izquierda o el centro llegan unidos a la primera vuelta, no es seguro que ganen. Pero si llegan divididos, es seguro que pierden. Sustentación: y es porque, después de todo, al final de este túnel no hay lugar para tres, sino para dos coaliciones.

* Director de Razón Pública.

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