
“Petro cree que su deber es cambiar el mundo; Machado sabe que su deber es cambiar su país”: Hernando Gómez Buendía.
Foto: Archivo
La humanidad tiene una extraña tendencia a premiar al criminal cuando deja de delinquir y al pacifista cuando esa paz le conviene al poderoso. El Nobel de la Paz a María Corina Machado y las expectativas frustradas de Donald Trump confirman esta tendencia. Trump esperaba el premio por su mediación en Gaza, pero el “cese al juego” fue tan solo una maniobra para sacar a su amigo Netanyahu del callejón sin salida que implicaba su proyecto genocida de extirpar la resistencia palestina.
Es la lógica del delincuente que exige gratitud por abstenerse de reincidir. La misma lógica que hemos visto en estos días con las condenas irrisorias...
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