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Presidente: no hay plata

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Hernando Gómez Buendía
07 de mayo de 2023 - 02:00 a. m.
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El presidente Petro dijo esta semana que las EPS y los fondos de pensiones también se iban a quebrar. Él tiene la razón, pero el remedio que propone no resuelve el problema.

Para entender el complicado lío de la salud y el de pensiones en Colombia, hay que echar mano de una idea un poco menos complicada de la ciencia económica: la iniciativa privada y la intervención del Estado no siempre producen resultados óptimos.

Por eso unos economistas hablan de fallas del mercado; otros, de fallas del Estado y unos pocos hablamos de fallas del mercado y del Estado. Los de izquierda, como Petro, ven las fallas del mercado; los de derecha, como los de las EPS y los fondos de pensiones, ven las fallas del Estado; los de centro somos muy conscientes de ambas.

¿Qué tiene que ver eso con el lío de salud y de pensiones en Colombia? Pues que la historia complicada del sistema de salud y la no menos complicada del sistema de pensiones es la historia de iniciativas privadas que terminan en fracasos e intervenciones del Estado que concluyen en fracasos.

He contado esas tramas complicadas en mi Historia de Colombia, pero aquí podré apenas mencionar sus hitos. En materia de salud, tuvimos siglos de medicina privada para los ricos y hospitales de caridad para los pobres: el mercado sin Estado fue incapaz de proteger a la gran mayoría de la gente. Después vinieron las cajas u hospitales para militares, jueces, petroleros, congresistas…: el Estado protegió a los trabajadores con mayor capacidad de presión, pero dejó por fuera a las grandes mayorías. Siguieron las clínicas del Instituto de Seguros Sociales, que lograron amparar al 25 % de los trabajadores en el sector formal: financiación público-privada para la clase media que no llegó a las mayorías y acabó en la quiebra.

Fue cuando vino la Ley 100 de 1993 con su sopa de letras, cuando las EPS se dedicaron a afiliar masivamente (cobran lo mismo por cada asegurado), la Corte se dedicó a aumentar los beneficios, el gasto del Estado se agigantó, la inversión del país en salud saltó del 1 % al 7 % del PIB en 30 años… y se logró cubrir al 97 % de la población: este ha sido el gran logro de Colombia.

Pero el milagro se logró a costa de la quiebra de las EPS, que pasaron de “110 a seis”, como dijo el presidente. Quebraron por malos manejos, pero ante todo porque el negocio dejó de ser rentable a medida que se agotaban los nuevos potenciales afiliados; solo las grandes EPS que lograron hacerse o construir su propia red hospitalaria y de servicios han seguido existiendo. A costa, he de añadir, de pagar mal a sus trabajadores y hacerse menos rentables por un paquete de servicios (POS) cada vez más generoso y la falla o demora del Estado en cancelar sus facturas.

Para evitar que se quiebren las EPS que quedan, la fórmula de la exministra Corcho y la de Petro es… declararlas quebradas de una vez, y endosarle la carga al Estado: es el fantasma de otra megaburocracia con políticos a bordo que con razón teme mucha gente del común.

Una historia distinta y parecida es la de las pensiones, que primero fueron para congresistas, militares y demás, después para la clase media (con Cajanal y el ICSS), y que a partir de la Ley 100 se dividieron entre un seguro privado para los de arriba (administrado por los fondos de pensiones) y un simulacro de seguridad social o solidaria para la clase media en Colpensiones y para los “no cotizantes”, que suman el 62 % de las afiliaciones. Una bomba pensional gigantesca que tendrá que pagar el Estado.

La solución de Petro y su ministra son los tres pilares para las tres clases sociales, aumentando un poquito la solidaridad, pero, ante todo, aumentando el valor de las pensiones para el 80 % más pobre de los colombianos. Pero el problema, señor presidente, es que el Estado no tiene esa plata. El problema, señores EPS y Asofondos, es que el mercado no protege a los débiles.

El problema, señores colombianos, es que un mercado improductivo y un Estado rentista tarde o temprano se estrellan con sus límites.

*Director de la revista digital Razón Publica.

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carlos(01629)08 de mayo de 2023 - 06:07 a. m.
Creo más bien que el problema en salud, es un problema de corrupción monumental centrada en la red pública hospitalaria y en las EPS que han tenido que ser clausuradas por falta de rigor en el control estatal. Respecto al problema pensional, mientras exista el problema estructural de alta informalidad y desempleo no tendremos cobertura, y mientras en Colpensiones no se resuelva el problema de los aberrantes subsidios regresivos, no se tendrá ni equidad ni cobertura.
Francisco(71408)07 de mayo de 2023 - 09:35 p. m.
Muy bueno el recuento histórico de pensiones y salud. Sin embargo, al tratar de igualar el impacto de pensiones y salud en los más débiles incurre en error grave. En salud hay un régimen subsidiado, orientado a esa población más débil; y, a pesar de deficiencias reconocidas, tienen cobertura. En pensiones, por cuenta, sobre todo, de Colpensiones, el 50% de los subsidios va al 20 % más rico de la población, según informe de Planeación Nacional. Y no hay nada diseñado para los más pobres.
  • fredys(9j2g1)08 de mayo de 2023 - 12:47 a. m.
    Nos quieren hacer creer que mas del 90% de la población colombiana tiene acceso a la salud, cuando sabemos que mas del 40%, no recibe atención medica. Confunden cobertura de inscripción a la cobertura en atención medica, o al menos, eso es lo que nos quieren hacer creer. Antes de Petro, estos mismos que hoy dicen que hay cobertura, reconocían que las EPS son un desastre. Ahora son buenas y todo, por que el gobierno las quiere eliminar, quitándole el negoció a los Sarmientos y sus amigos.
mario(196)07 de mayo de 2023 - 08:17 p. m.
Muy pobre el analisis. Negocios con ingresos fijos mensuales (contribuyentes) y gastos fijos relativamente bajos (consulta externa) no tienen porque quebrarse. Quiebras internas para sacar capitales e invertirlos en el portafolio de los accionistas. Con pensiones, la plata llega a unos privados que compran con ella activos fuera del pais para ellos, a cambio de la promesa de devolver en un futuro capital mas unos pocos intereses. En hora buena el gobierno recupera los dineros publicos
Jairo(63012)07 de mayo de 2023 - 08:07 p. m.
Es clara la tesis "no hay plata". Comparto las explicaciones sobre fallas de mercado y fallas de gobierno, pero hay varias imprecisiones que no permiten una buena aproximación. Me referiré solo a una, tal vez la de mayor relevancia por lo que significa su magnitud: según el columnista, el gasto en salud habría pasado del 1% al 7% del PIB en 30 años. NO ES CIERTO, en 1993 el gasto en salud ya superaba el 5% del PIB, aumentó alrededor de un punto con Ley 100, con mayor financiación pública.
Sigifredo(51538)07 de mayo de 2023 - 08:01 p. m.
Buen análisis. Los extremistas, los radicales de lado y lado, jamás comprenderán estos puntos de vista: chocan contra su sesgo.
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