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Es un tipo amoral, ignorante, mujeriego, mentiroso, abusador, ególatra, caótico, corrupto, incompetente y cínico. También es el presidente de Estados Unidos.
A pocos días de unas elecciones decisivas, el señor Trump está en la cima de su popularidad, y las encuestas dicen que podría aumentar su ventaja en el Senado. Esta increíble situación se debe, creo yo, a siete cosas tan interesantes como preocupantes.
—Primera y ante todo, a que este tipo encarna y es la caricatura de algo así como el 35 % de los gringos, que han sido y que se sienten excluidos cultural y económicamente del progreso de los últimos 30 años. Son los blancos, no muy pobres, que viven en el centro del país, que perdieron sus empleos frente a China y perdieron su país ante el multirracismo y el pluralismo en la vida americana. Son los votos rabiosos del “presidente obrero”, como lo llama el último bestseller.
—La segunda es apelar con descaro a los prejuicios más burdos de esa gente. Ahora, por ejemplo, Trump pinta a los pobres migrantes hondureños como una horda que incluye a terroristas e islamistas que vienen a invadirlos, a quitarles sus puestos y a violar a sus mujeres con la ayuda de Obama y los demócratas.
—En tercer lugar, y aunque suene inverosímil, Trump es el ídolo de los evangélicos, que se tragan los sapos y lo encubren a cambio de que él imponga a todos su pacata versión de la moral sexual. Son los dos magistrados antiaborto que ya llevó a la Corte Suprema o es, por ejemplo, el decreto que impide legalmente la existencia de las personas transgénero.
—Lo cuarto es el apoyo de los superricos, en especial los petroleros, a quienes Trump les regaló billones en impuestos y les está quitando las regulaciones que protegían a los trabajadores, a los consumidores y, lo peor, al medio ambiente que amenaza destruirnos.
—Esa rebaja irresponsable de impuestos disparó la economía y atraerá a muchísimos votantes que piensan con el bolsillo, pero tarde o temprano causará una recesión mundial de grandes magnitudes.
—Con la rabia, el fanatismo, la plata para campañas y las 10.359 mentiras que el presidente ha dicho hasta el momento, sus candidatos tendrían casi la mitad de los votos en las elecciones de la otra semana. Y en este punto los ayudará el tramposo sistema electoral, que da más peso a los estados y distritos atrasados porque este fue el precio de aceptar un gobierno federal en 1776, y porque los republicanos lo han venido amarrando desde hace varias décadas.
—Y el empujón final vendría de los demócratas, que son la mayoría pero están desubicados y no encontraron un mensaje de unidad distinto de insultar a Donald Trump.
Así que los Estados Unidos seguirán de verdad muy envainados. Y nosotros también.
* Director de la revista digital Razón Pública.
