Los periodistas de opinión debemos contribuir a crear ciudadanos y a fortalecer el equilibrio entre conocimiento y técnica, y entre ética y comunicación.
A lo largo de las relaciones entre la política y el periodismo, en los siglos XX y XXI han existido serias disquisiciones y aportes. Hoy me voy a ocupar de presentar algunas de ellas.
Hace algunos años en la Universidad Tadeo Lozano y a raíz del otorgamiento del Premio Simón Bolívar, ese gran escritor mexicano que es Gonzalo Celorio, recordó que Alejandro Cortés, al instituir esta Distinción, calificó el periodismo “con seis adjetivos que, bien mirados, acaban por ser sustantivos: independiente, justo, exacto, honesto, responsable y digno”. Y complementó: “Como condición axiomática de estos atributos de la prensa escrita y de los medios de comunicación en general, y aún por encima de ellos, hay que hablar, obviamente, de la libertad de expresión, que debe valorarse hoy más que nunca, cuando regímenes autoritarios de varios países latinoamericanos, con la argumentación de la estabilidad política, atentan abiertamente contra ella”(1).
Si analizamos los contenidos plasmados en las páginas editoriales de la prensa libre de nuestros días, encontramos profesionales del periodismo y columnistas que diariamente ponemos a consideración de los lectores diversos temas, reflexiones, enfoques, críticas y orientaciones que permiten revelar la intención de informar, intercambiar e invitar a pensar y debatir sobre aspectos de interés local, regional, nacional o internacional. El análisis de contenido de esas páginas, a través del tiempo, devela el compromiso político-democrático del periodismo libre y que, a pesar de la actual crisis de las democracias participativas, el porvenir del periodismo de opinión se me presenta fundamental para contribuir eficazmente al fortalecimiento de nuestras democracias y del papel que los medios de comunicación deben desempeñar en esta labor.
Pensando en la crisis del periodismo latinoamericano contemporáneo, recordemos a Alma Guillermo Prieto quien sostuvo: “Hay que hacer un periodismo vivo, que entusiasme; usarlo con herramientas éticas. Después de prepararse, escribir con palabras motivadoras para mejorar el futuro; él nos debe pertenecer. Los jóvenes cibernetizados quieren hacer cosas nuevas. Quieren hacer historias y contarlas bien. El que usa las armas para hacerse oír, no tiene poder real para la democracia”.
Quisiera recordar que, hace casi 20 años, Enrique Santos Calderón y Antonio Caballero, invitados por Margarita Vidal, afirmaron la existencia de graves deficiencias en nuestro periodismo, indicando que las facultades de periodismo y comunicación, no estaban produciendo la calidad de periodistas y comunicadores que necesita un país como Colombia. ¿Habrá cambiado significativamente esta situación?
Proyectos. Ahora bien, tomando distancia frente a la complejidad de las relaciones entre el periodismo y la política contemporánea, me he dado a la tarea de elaborar un conjunto de alternativas que permitan avizorar un futuro nuevo y fresco para el periodismo de opinión. ¿Qué hacer entonces? Veamos.
1- Crear conciencia en las directivas universitarias para replantear el currículo de los programas de periodismo y comunicación, de tal manera, que produzcan comunicadores y periodistas que estén a la altura de su misión. Esto debe conllevar una formación interdisciplinaria que, impulsando comunidades académicas, les permita a sus miembros analizar la complejidad de la realidad. Al concretar los nuevos planes de estudio, es recomendable aplicar los principios de esencialidad y continuidad que debe existir entre las áreas y entre cada uno de los espacios académicos.
2- Organizar escuelas de periodismo y comunicación que integren: pregrado, especializaciones, maestría, doctorado, educación continuada y centros de investigación, asesoría y consultoría. 3- Ofrecer sistemas de educación continuada que organicen diplomados, cursos de profundización, seminarios y talleres que permitan tener a los egresados permanentemente actualizados y vinculados a la actividad académica.
4- Internacionalizar —con conciencia crítica— el proceso de formación, investigación y servicio que constituye el núcleo de una escuela de periodismo, hoy. 5- Capacitar a los educandos, educadores y egresados en inglés y sistemas para que les permitan manejar la información y la comunicación internacional en forma actualizada. 6- Preparar equipos de profesores-investigadores que estimulen el surgimiento de nuevos periodistas de opinión.
7- Impulsar la producción de textos que, utilizando los grandes avances existentes en periodismo de opinión, consoliden la formación de nuevos periodistas. 8- Propiciar un mejor conocimiento en el público, sobre la importancia del periodismo de opinión, para el desarrollo de la democracia participativa. Esto implica organizar a nivel nacional, regional y local, actividades académicas que faciliten actualizar a nuestros periodistas en los temas y técnicas contemporáneos.
9- Dinamizar el proceso de prácticas periodísticas, desde los primeros hasta los últimos semestres, abriendo posibilidades al ejercicio de la libertad y la responsabilidad; y 10- Hay que preparar muy bien el cerebro para escribir cualificadamente; debemos escribir con respeto por el lector, para que conozca y pueda recrear la realidad.
Referencia
1. Octubre 20 de 2009, Universidad Jorge Tadeo Lozano. Bogotá.
Bibliografía inicial
Roa Suárez, Hernando. (2019). Periodismo para la democracia. Presentación Fernando Carrillo Flórez y Augusto Trujillo Muñoz. Procuraduría General de la Nación, Compensar, Academia Colombiana de Jurisprudencia, CPB y otros. Grupo Editorial Ibáñez. Bogotá.
___________ (2023). CONSTRUIR DEMOCRACIA. Tomo III. Prólogo: Alfredo Sarmiento Gómez. Tirant Lo Blanch. Bogotá,