La comunidad pensante y pacífica, de actores a nivel mundial -como nunca antes- está pendiente de los resultados del proceso de paz de Colombia.
La presente columna es un extracto de la exposición realizada en la Academia Colombiana de Jurisprudencia, con motivo de mi designación como miembro de Número[1]. Como bien sabemos, desde su fundación, esta Academia lo fue para ocuparse de temas jurídicos y políticos. Hoy, me voy a ocupar de un tema político y jurídico que espero sirva para ampliar y actualizar el debate en torno a la problemática de la gobernabilidad democrática y la paz.