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Leer, escribir y pensar, hoy. Alberto Lleras (II)

Hernando Roa Suárez

19 de diciembre de 2023 - 09:00 p. m.

El presidente Alberto Lleras Camargo nos dio ejemplo de que sí es posible ejercer éticamente la política y actuar con grandeza y sentido de la historia.

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Cuando reflexiono en el leer, en el escribir y el pensar, recuerdo ahora al expresidente colombiano Alberto Lleras1: su gran responsabilidad, plasmada en sus escritos para formar opinión democrática; y en sus editoriales, escritos incisivamente para la defensa del pensamiento libre y la autonomía de la voluntad. También en la lucha que emprendió, valiéndose del uso impecable de la palabra hablada y escrita, para enfrentar el gobierno rojaspinillista (1953-1957) y contribuir a la restauración del régimen democrático y sus instituciones.

Así mismo, rememoro el cuidado inmenso de sus intervenciones, cuando fue Presidente por segunda vez (1958-1962) y acompañó, al uso de su palabra2 y pensamiento, la eticidad en el ejercicio del cargo.

De gran significación se me presenta tener en cuenta aún en nuestros días -2023- lo que se ha denominado la doctrina Lleras - Echandía en torno a: La política y las fuerzas armadas.

En distintos momentos de su vida pública, especialmente a partir de los años cuarenta, hizo referencias a las fuerzas armadas y su papel en la democracia colombiana. Con precisión sostuvo, siendo Presidente de la República, en diciembre 5 de 1959: “Les está vedado por la misión que han recibido y la confianza que se ha depositado en ustedes, el participar en las disensiones y controversias de la gente civil, y hacerse parte de ellas, es decir, tomar partido en las luchas políticas. Ustedes tienen que ser en cualquier tiempo el símbolo de la unidad nacional, jamás el de la discordia. Alrededor de las Fuerzas Militares de la República tiene que estar el pueblo, potencialmente listo a la defensa de lo que es más común a todos nuestros compatriotas. El uniforme que ustedes llevan y que los distingue entre todos los demás, no debe evocar en ningún colombiano sino la Patria entera, sin divisiones, sin partidos, sin clases, sin grupos, sin reyertas”.

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Tomando distancia frente a su legado, recordemos que el Presidente Lleras Camargo fue fundamental en la institucionalización del Frente Nacional (1958-1974); la fundación de la Escuela Superior de Administración Pública (ley 19 de 1958); la cristalización de la primera institución integradora de América Latina, en unión de los presidentes Betancur de Venezuela y Velasco Ibarra de Ecuador: la Flota Mercante Grancolombiana; la consolidación de la Organización de Estados Americanos (OEA); y la fundación de la Revista Semana…

Digna de tenerse en cuenta, por su originalidad, fue la famosa carta dirigida a su hijo Alberto, en relación con la forma como debían celebrarse sus exequias. No deseó que el Estado colombiano realizara ningún gasto ante su fallecimiento. Sostuvo que ya había recibido todos los honores a que se hace acreedor un Presidente de la República y así se procedió. Su ceremonia de entierro fue absolutamente sencilla y su cadáver fue conducido por sus nietos, al destino final. El Presidente Alberto Lleras Camargo, tenía sentido de la historia y conocía de las necesidades de la mayoría de nuestra población…

Consciente del papel que había desempeñado en la política colombiana de los últimos 50 años, deseó que su final fuera, como sabemos, discreto y sobrio. El testimonio de García Márquez3, se me presenta aleccionante al respecto: “Sin embargo quedamos sus sobrevivientes para recordar por él que en ningún momento de su vida pública tuvo Alberto Lleras un poder tan grande como el que irradiaba su imagen casi mítica desde las brumas de su refugio final. No sólo más grande que el poder enorme de sus momentos de mayores glorias, sino el más grande e invisible que hubo jamás en la Colombia de su tiempo. Él lo ejerció en silencio desde los umbrales del olvido, tal vez sin saberlo, quizás a sabiendas, pero no con artimañas de patriarca jubilado, sino con sus artes mágicas de escritor, hasta el día de su muerte sigilosa y suya, y en su cama”.

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Gines de Pasamonte, comentó recientemente en esta serie de columnas: “Alberto Lleras Camargo es tal vez el más brillante estadista que ha tenido nuestra historia republicana”.

Para todos los lectores de El Espectador, felices fiestas y mis mejores anhelos por un 2024 pleno de realizaciones. roasuarez@yahoo.com

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Referencias

1. Véase elespectador.com, el texto del autor: (2006, julio 18). Alberto Lleras Camargo demócrata ejemplar.

2. Para una comprensión de su pensamiento, véanse los cuatro tomos de sus Obras Selectas y los tres casetes anexos. Federación Nacional de Cafeteros, Flota Mercante Grancolombiana. Bogotá, 1987.

3. Prólogo al texto: (1997). Alberto Lleras. Memorias. Banco de la República. Bogotá, pp. 20-21.

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