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Su vida y obra son una realización objetiva del valor histórico de sus ideas, de su lucha, de su consagración y de su vocación política.
En esta última columna sobre Jorge Eliécer Gaitán, nos ocuparemos de presentar extractos de su magnífica intervención en la Plataforma del Teatro Colón y después, presentaré una semblanza final sobre el caudillo. Veamos.
El Partido Liberal de Colombia es el partido del pueblo. El liberalismo reconoce que siendo el ideal de la democracia la decisión mayoritaria, su fuerza y realidad residen, en última instancia, en las condiciones y virtudes del hombre que vive en comunidad. Esta razón le obliga a cumplir la misión de defensa, estímulo del hombre colombiano, exaltando la consciencia de su propia dignidad, su carácter, el sentido de la responsabilidad, la tenacidad en la realización y el sentimiento de que el esfuerzo por la victoria de sus ideas políticas, encuentra compensación en el bienestar colectivo.
Una asociación de hombres libres.El Partido Liberal es una asociación de hombres libres en busca de un sistema de beneficio para todos los colombianos, y afirma que sus intereses deben someterse a los de la nación, y no los de la nación a los suyos. Por esto, el Partido declara contrario al bien de la patria convertir la actividad política en una simple actividad electoral y la conquista del poder en una contribución democrática.
Es el partido el que debe exigir solidaridad con sus programas y con sus normas de rectitud, eficacia y capacidad y no sólo no se compromete con hechos indebidos o ilegales de sus representantes, sino que debe expresar públicamente su censura.
Democracia política, económica y social. El liberalismo reconoce que hoy resulta insuficiente e inoperante el concepto de la democracia restringido al solo campo de la organización política del Estado, y proclama la necesidad de extenderla a la zona económica y social, no en razón de la benevolencia o generosidad de los grupos poderosos para con los desposeídos, sino como deber de justicia y como condición necesaria para el equilibrio y eficaz desarrollo de la riqueza y el bienestar de los colombianos.
Lucha contra las fuerzas de regresión que traten de imponer una política fascista o falangista. El liberalismo proclama la urgencia de una unidad real de los pueblos latinoamericanos tomando como base la armonía de las distintas economías nacionales. El Partido se declara a favor de la reunión de una Conferencia Económica Latinoamericana que, previo el estudio técnico realizado por cada país, planifique un sistema de compensación de sus productos, sin recargos aduaneros.
Solidaridad de Colombia con los Estados Unidos. El liberalismo es partidario de la solidaridad de Colombia con los Estados Unidos y en ningún caso confunde a las grandes fuerzas democráticas que en esa nación batallan por el mismo ideal de los demás pueblos con los grupos imperialistas, cuya actividad es funesta para la democracia del norte, como para la de los otros países. El Liberalismo entiende que la realidad de la amistad entre los Estados Unidos y los demás países de América tiene como bases principales la defensa conjunta de la estructura republicana y democrática, el intercambio comercial con ventajas equivalentes a la no intervención en las determinaciones políticas internas.
El principio de la planificación. El liberalismo declara contrario al progreso nacional y causa de pérdidas ingentes para el fisco la subordinación de la obra administrativa del Estado al diverso criterio personal y transitorio de los distintos funcionarios dirigentes que rompen toda continuidad y eficacia en las labores. En tal virtud, acoge el principio de las planificaciones trazadas por una entidad técnica para un largo período con tareas cuatrianuales que correspondan a los respectivos cambios de gobierno, continuidad que debe tener fuerza constitucional.
Elección popular de alcaldes, gobernadores y designado. El liberalismo es partidario de que el presidente, el primer designado, los gobernadores y los alcaldes de las capitales y ciudades que tengan determinada población o determinado presupuesto, sean elegidos popularmente.
Preparación técnica y social para las fuerzas militares.Para el liberalismo las fuerzas militares de Colombia representan una expresión vital de la patria. El ejército no debe ser mirado como entidad de simples fines militares en caso de guerra, sino como cuerpo que tiene una misión de trascendencia social en tiempo de paz. De ahí que su preparación técnica para el primer objetivo debe ser elevada al plano científico que han impuesto las exigencias modernas. Y que para el segundo se le debe vincular a la actividad social creando solidaridad de acción entre el pueblo y el ejército.
Al finalizar la lectura intensa de los extractos, pueden comprenderse la magnitud de su lucha política. Espero que la juventud universitaria consciente, reflexione en torno al proceso, el carácter y el valor histórico de su liderazgo.
Semblanza final. Teniendo presente una comprensión cuidadosa de su vida, deseo sintetizar lo que se me presenta como un conjunto preciso de cualidades que fue perfilando y modelando desde su juventud hasta la plenitud de su existencia, como un líder político.
Jorge Eliécer Gaitán Ayala fue un líder político con sentido de grandeza y de la historia, que a base de estudio, consagración y desarrollo de su inteligencia fue plasmando una rica personalidad. Era de un trato sencillo y directo y a base de autodisciplina fue adquiriendo una gran confianza en sí mismo que facilitó su afirmativa vocación de triunfo profesional y político. Además de su experiencia europea (1926-28), en el parlamento colombiano pudo presenciar oradores y parlamentarios de la talla de Benjamín Herrera, Luis Cano, José Vicente Concha, Laureano Gómez y Enrique Olaya Herrera y recibir la benéfica influencia de Rafael Uribe Uribe. Como fruto de profundas convicciones fue poseedor de una fina sensibilidad social y un radical sentido de la justicia. Amante del derecho y del ejercicio de su profesión, fue respetuoso del saber, la intelectualidad y el orden jurídico. Fue un ser apasionado, sincero y grato con todos aquellos que tuvieron significación en su existencia. Con un positivo y natural sentido de lo popular, fue liberal-socialdemócrata; nacionalista y progresista, que creyó en el valor de la palabra.
La conjunción de sus cualidades, sus convicciones y su labor en beneficio de los intereses populares, lo hicieron acreedor a ser reconocido como un caudillo1. Complementemos la semblanza: Ideológicamente, está ubicado dentro de la socialdemocracia. El contexto nacional dentro del cual desarrolla su labor, está configurado por un 70% rural y 30% urbano. Su extracción social puede ubicarse entre baja alta y media baja (urbana). Como líder político, defendió prioritariamente los intereses populares y forjó por sí mismo su prestigio intelectual, político, cultural y social.
Como aparato político para su labor, organizó transitoriamente (1933) la Unión Nacional de Izquierda Revolucionaria (UNIR) y posteriormente se reincorporó al Partido Liberal. Los medios de comunicación usados fueron la prensa de reducida circulación; una radio incipiente; conferencias y discursos múltiples en plaza pública y recintos cerrados. Un perfil general de Gaitán, lo podemos condensar así: Caudillo popular; intelectual; jurista; parlamentario; profesor y Rector universitario. Conocedor profundo de la realidad nacional y de la problemática del Estado. Consagrado lector y brillante conferencista.
Para él “una gran satisfacción era la de lograr un objetivo por el camino del personal esfuerzo.” Los cargos desempeñados más importantes fueron: Representante; Senador; Segundo Designado a la Presidencia; Ministro de Educación y del Trabajo; y Alcalde de Bogotá. Miembro de Número de la Academia Colombiana de Jurisprudencia y de la Comisión redactora de los códigos penales. Era el Jefe único del Partido Liberal y candidato a la Presidencia de la República en 1948, con máxima opción, cuando fue asesinado el 9 de abril.
Su ejercicio profesional estuvo concentrado en la abogacía (penalista); la juridicidad y la política, con incursiones periodísticas (fundó Jornada). Su moralización de la política estuvo centrada en la denuncia contra la corrupción oligárquica. Estando en la plenitud de su prestigio político, organiza la Manifestación del Silencio, para protestar contra la violencia ejercida por el gobierno ospinista, en distintos sitios del país, como consta en los reportes de El Tiempo, de esa época.
Dentro de los discursos reconocidos como clásicos, que Gaitán legó a la posteridad, figuran su Oración por la Paz (febrero 7 de 1948) y El Silencio es Grito (febrero 15 de 1948). En ellos se recogen dimensiones críticas del ambiente político imperante en el país, justamente sesenta días antes de su asesinato.
Cuando no tenía contendores políticos que pudieran disputarle su ascenso a la Presidencia de la República, el 9 de abril de 1948, Gaitán es asesinado por Juan Roa Sierra -un ser patologizado- a la salida de su oficina en la carrera 7a. con avenida Jiménez. La reacción del pueblo produjo en Bogotá el hecho político reconocido como El Bogotazo, acompañado de manifestaciones y hechos de violencia abierta en las ciudades más importantes del país. Aunque no consta en autos, se considera que los intereses del capital fueron los determinantes de su asesinato.
Visto en perspectiva, se me presenta como uno de los más grandes caudillos políticos éticos del siglo XX en Colombia y América Latina. Forjador de un nuevo destino y una nueva fe para la base popular, para la base liberal y conservadora de aquel entonces; y también, para importantes sectores de las masas comunistas, aunque tuvo serios distanciamientos con las directivas de este partido, al cual jamás perteneció.
Jorge Eliécer Gaitán es un ejemplo para quien desee triunfar mediante el ejercicio de la inteligencia, la consagración y el valor. Nuestra juventud debe saber que existen colombianos cuya vida, obra y vocación vale la pena imitar y superar; que tienen luz propia, saberes y oficios dignos de ser retomados y proyectados. Uno de ellos es Gaitán. Sin embargo, es uno de los grandes desconocidos y se le ha pretendido olvidar y extrañar, aunque algunos políticos “gaitanean”.
Su vida y obra son una realización objetiva del valor histórico de sus ideas, de su lucha, de su consagración y de su vocación política.
Referencias
1 Carlos Lleras Restrepo, jefe del partido liberal, sostuvo el día de su entierro en el discurso pronunciado en el Parque Nacional: “No podrá ya hacerse en Colombia una política que merezca tal nombre, sino con el pueblo. Nada remediaremos con alejarnos de las masas y con hacer que se sientan extrañas a nosotros.” El Tiempo. Abril 21 de 1948, p. 13.
2 Por su estructuración y el alcance de los hechos que originaron estas dos últimas intervenciones, me permito sugerir al lector su lectura integral, por ejemplo, en mi texto: El Liderazgo Político. Análisis de Casos. Prólogo Fernando Carrillo Flórez, Tirant Lo Blanch. Bogotá, pp. 305 – 310.
Bibliografía mínima inicial. Con esta bibliografía, culminamos textos que nos permiten acercarnos apropiadamente a su liderazgo y vocación.
PECAUT, Daniel (1973). Política y sindicalismo en Colombia. La Carreta. Bogotá. ROA SUÁREZ, Hernando (2024). El liderazgo político. Análisis de casos. Prólogo: Fernando Carrillo Flórez. Tirant lo Blanch. Academia Colombiana de Jurisprudencia. Bogotá. ROA SUÁREZ, Hernando (1994). Jorge Eliécer Gaitán. Caudillo Liberal. ESAP Publicaciones. Bogotá. SÁNCHEZ G., Gonzalo (1983). Los días de la revolución: Gaitanismo y nueve de abril en provincia. Centro Cultural Jorge Eliécer Gaitán. Bogotá. SAMPER, Darío (1968). “La trágica proyección del nueve de abril”. El Tiempo. Abril 9, p. 5. Bogotá. SCHUMPETER, Joseph (1968). Capitalismo, socialismo y democracia. Aguilar. Madrid. SOCARRÁS, José Francisco (1942). Laureano Gómez: psicoanálisis de un resentido. Editorial ABC. Bogotá. VALENCIA, Luis Emiro (1968). (Ed.). Gaitán: antología de su pensamiento económico y social. Ediciones Suramérica. Bogotá. VALLEJO, Alejandro (1949). Diario de la palabra encadenada, o antes del nueve de abril y después. Editorial Minerva. Bogotá. VIEIRA, Gilberto (1973). Nueve de abril: experiencia de un pueblo. Ediciones Suramérica. Bogotá. VILLAVECES, Jorge (1968). Ed. Los mejores discursos de Gaitán. Editorial Jorvi. Bogotá. WEBER, Max (1970). El político y el científico. Alianza Editorial. Madrid. ZALAMEA, Alberto (1999). GAITÁN. Autobiografía de un pueblo. Zalamea Fajardo Editores. Bogotá.
