“En las crisis la gente puede vivir sin pan,pero no sin esperanza”
Javier Darío Restrepo
Estamos en un momento político-jurídico significante dentro del contexto latinoamericano y mundial.
Por acciones, presencias y procesos de la Presidencia y la Cancillería colombianas, hemos abierto la solidaridad hispánica que facilita, a su vez, futuras alianzas complementarias con la Unión Europea.
De otro lado, el señor presidente Biden ha comprendido bien, la importancia de Colombia en el panorama latinoamericano y mundial. Hay que apoyar a Colombia con conciencia solidaria y decisiones prácticas.
Ahora bien, estamos invitados a pensar en cómo fortalecer nuestro Estado y no en reducirlo, regresando a los tiempos de César Gaviria, en que se debilitó lo agropecuario y se acrecentaron las importaciones, perjudicando la insipiente industria nacional. Pensemos en cómo apoyar la diversificación de nuestras exportaciones y cómo vamos a organizar el fortalecimiento de la real vocación agropecuaria nacional.
Notemos que debemos estar vigilantes para evitar aplicar mecánicamente, procesos de reforma y de consolidación de la gobernabilidad, que han sido viables en otros contextos. La experiencia nos indica que incurrir en ese error metodológico ha sido negativo y ha traído como consecuencia la profundización de nuestro atraso.
Reflexionemos en cómo vamos a enfrentar, como lo recordó El Tiempo del 5 de mayo del presente, que “en 2021 el 39,3 % de la población nacional se encontraba en condición de pobreza monetaria y el 12,2 % en pobreza monetaria extrema”. También, en las deficiencias en la salud, el empleo, la vivienda y la seguridad. Recordemos: Tenemos que desarrollar, superiormente, la variable científica, tecnológica e innovativa; ello es urgente y pertinente.
Pensemos en usar los medios de comunicación para producir más cohesión social; para evitar las conductas desviadas y crear procesos societales en torno a un superior grado de conciencia de lo que importa ser colombiano hoy. La utilización racional de nuestros medios de comunicación debe facilitar -a la mayoría de la población- tomar conciencia de las dificultades e injusticias en que nos encontramos.
No cerremos los ojos a la inequidad estructural confirmada y apoyemos las políticas públicas que tiendan puentes y promuevan técnicamente, salir de la pobreza. Tenemos un Plan Nacional de Desarrollo serio y aprobado, que facilita este camino. No olvidemos: “Los que hacen imposible la revolución pacífica, harán inevitable la revolución violenta (JFK)”.
Complementariamente, se me presenta evidente que los sectores conscientes y democráticos de Colombia estamos invitados a cambiar; todos podemos contribuir a cristalizar una “Colombia nueva”, equitativa, autónoma, solidaria y en paz. Pensemos y actuemos con conciencia crítica y solidaria; vale la pena.