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NO ES QUE CHÁVEZ SEA FARIANO. LAS Farc simplemente son, para el Coronel, un instrumento de una estrategia mayor. Ya desde la famosa intervención de febrero de 1992, cuando clausuró en la televisión venezolana el intento de golpe contra Carlos Andrés Pérez, Chávez aludió al proyecto bolivariano, que por definición es (y siempre ha sido) un proyecto supranacional.
Uno de los mentores intelectuales de Chávez, Hans Dietrich, al describir el socialismo del siglo XXI, señaló que si Marx fracasó en el siglo XX, hoy las ideas centrales del internacionalismo proletario pueden tener éxito, accediendo al poder por la vía electoral y manteniéndose en él, utilizando para ello la globalización de los medios de comunicación y la retórica populista.
Chávez siente que es el adalid de una visión alternativa del mundo, opuesta a la democracia burguesa occidental. Para una visión de esa naturaleza, una frontera es apenas un accidente imaginario. Descendiendo a nuestro terreno, Uribe es un escollo de esa tarea. De hecho, las relaciones de vecindad entre Colombia y Venezuela han estado siempre interferidas por el recelo. Pero dentro del proyecto expansionista bolivariano, ahora las Farc toman una nueva dinámica y se convierten en instrumento para el afianzamiento de la estrategia mayor.
En tal escenario, el informe de la Interpol era previsible, dado que es apenas la corroboración incontrovertible de algo que ya flotaba en el ambiente. El computador de Reyes muestra que en caso de conflicto con Venezuela, las Farc jugarían en favor del vecino. Por cierto, hace varias décadas las Farc ya plantearon la división de Colombia mediante la creación de un territorio bajo su dominio al sur del país.
De modo que el asunto es serio. Más allá de la extravagancia tropical de Chávez, hay una estrategia geopolítica fría en cuya ejecución Colombia estará en la mira.
Por todo lo anterior, discrepo de quienes han dicho que Colombia ha debido dar un manejo “gobierno a gobierno” del computador. ¿Qué es eso? ¿Una complicidad compartida con un fondo de chantaje? Esto es, ¿un silencio compartido?
No. El computador no es el causante del conflicto. El conflicto existe y después de la tormenta del ataque a Reyes, la difusión de los archivos ha servido de escudo para Colombia. Su publicación ha sido un acto de legítima defensa. Si el trípode Venezuela-Nicaragua-Ecuador atenaza a Colombia, ésta sale del cerco mostrando al mundo los archivos.
Doctos analistas recomiendan buenos modales. Aplicarle a Chávez la urbanidad de Carreño. Vana ilusión. Aquí hay algo de fondo que no se controla con palmaditas en el hombro.
¿Qué sigue? La judicialización es un paso obvio. Pero sólo tiene efecto en el ámbito nacional. Colombia no puede denunciar a Chávez en la Corte Penal Internacional. Hay escollos que lo impiden. Pero sí tiene que reclamarle a la comunidad internacional que tome en serio la alianza de Chávez con las Farc y que actúe con los instrumentos del Derecho Internacional.
El 11 de septiembre permitió que la OEA, a instancias de Brasil, le diera un nuevo contenido al Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca, TIAR, como instrumento contra el terrorismo. Por ahí habría un camino.
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Un poco de humor: oyendo de los millones de gigas que Reyes portaba en su computador, es decir, el nuevo archivo nacional de haber ganado la guerra, ¿cuándo sacaba tiempo para disparar?
