Néstor Humberto: ya María Jimena Duzán ha dicho que le montaste la perseguidora a Fajardo. No deberías guardar silencio. A propósito, si de silencios se trata, arremetes otra vez contra este columnista. Ya es obsesión. Lo haces de nuevo en torno a la idea de que “me mandé perder” cuando se discutió la extradición en la Constituyente. En la plenaria del 13 de junio de 1991 fijé la posición a nombre del Gobierno. Dije que no se debía llevar a la Constitución la prohibición de extraditar nacionales. Porque, con buen juicio, el gobierno de Gaviria ya había puesto en marcha la política de sometimiento. No extradición a cambio de entrega, confesión y cooperación con la justicia. Esa política estaba en curso cuando llegué al Ministerio de Gobierno, pero la apoyé con toda convicción. Lo hice, claro está, en el tono severo de quien habla a nombre de un gobierno frente a una situación tan grave: terrorismo indiscriminado a tutiplén. El cuento de que saqué el bulto lo pusieron a circular a raíz de mis campañas presidenciales. Y ahora lo compras tú como retaliación por mi oposición a tu nombre para la Fiscalía cuando se sabía que tu interés era sabotear el proceso de paz. Lo que echas de menos es el histrionismo, que es como tu segunda naturaleza. Como cuando te arropaste en la bandera nacional para retirarte de la Fiscalía. Todos sabemos que lo hiciste ante los reclamos de la Corte Suprema. ¿Por qué no hiciste lo que sí pudo hacer Barbosa de la mano de la JEP? No me despeiné para anunciar con todo rigor que el mejor manejo de la extradición era el de utilizarla como instrumento de sometimiento.
Una historia completa del asunto debía mirar también que la votación por la prohibición en la Asamblea fue abultada y, en todo caso, anunciada: muchos constituyentes la habían notificado en sus campañas. ¿Son todos ellos huidizos?
A día de hoy, hay espacio para nuevas reflexiones: primero, es esencial mantener vigente el tratado con Estados Unidos. Pero se sabe que narcos extraditados han cumplido penas menores en suelo norteamericano y han dejado por puertas la verdad y la reparación de sus conductas paramilitares.
Tu justificada apelación al heroísmo de los 13 constituyentes, que comparto, no necesariamente requiere atacar a este ciudadano. Por cierto, hablando de valentía, intentas difamarme a sabiendas de que fue el presidente Gaviria quien diseñó la política. Como me ves inerme, apenas con la pluma al cinto, entonces ahí arremetes. Sabes que el jefe liberal Gaviria podría dificultar tu indeclinable deseo de sobrevivir en el complejo mundo de los poderes públicos y privados.
Coda. Apelas a Juan Carlos Esguerra como autor de la humorada. ¿Te refieres al doctor Esguerra que años después se hizo lenguas por mi papel en la Constituyente cuando en su compañía presentamos la reedición del libro de Pacho Pérez en la Javeriana? ¿Cuál es el Esguerra del chascarrillo? Sacrificar un mundo para pulir un verso, decían los centenaristas. Esguerra sacrifica su convicción de antaño (¿aparente o real?) con tal de hacer un chiste.
Codita. Tarascazo va y viene. Fajardo le pega a César Gaviria y Alejandro Gaviria lleva del bulto. Se destapan las bodegas. No es que sea anormal. La política es competencia. Pero es esencial que toda la energía del centro se canalice. Centro dividido, derrota segura.