Publicidad

Lenguaje incluyente: ¿qué hacer?

Sigue a El Espectador en Discover: los temas que te gustan, directo y al instante.
Humberto de la Calle
07 de noviembre de 2021 - 05:30 a. m.
Resume e infórmame rápido

Escucha este artículo

Audio generado con IA de Google

0:00

/

0:00

En su columna en El Tiempo, Florence Thomas hace una defensa del llamado lenguaje incluyente, que busca superar la presencia casi invisible de la mujer en el uso del idioma.

La discriminación femenina es clara. Y se manifiesta aquí y en Cafarnaún. Es particularmente dura en el mundo judeocristiano, pero igualmente aguda en el islam y en las culturas orientales. La sociedad ha asignado moldes culturales que estrechan y sojuzgan el papel de la mujer.

Ya en cuanto al idioma, hay una tradición milenaria que oculta a las mujeres. En el caso del castellano, el uso del masculino engloba en el mismo canasto la inflexión femenina. El caso paradigmático es decir “el hombre” para significar todas las personas. Algunos idiomas dan más cabida al género neutro. Es verdad, como lo dice Florence, que esta no es cuestión accidental. El lenguaje “copia” la visión de la realidad pero, a la vez, la recrea y por tanto la reafirma y perpetúa. Todo esto, para decir que hay un sustento serio en el reclamo contra el lenguaje para que le brinde lugar a lo femenino en un plano de igualdad.

Pero hay que ir con pies de plomo. En efecto, cuando a fuer de legítima exigencia se incurre en exageraciones que retuercen el uso del lenguaje, casi que lo convierten en laberinto lleno de vericuetos hasta el punto de ponerlo en condición de burla o gracejo. El excesivo barroquismo que pregonan como letanía repetitiva algunas mujeres termina más bien produciendo el efecto búmeran.

Llevamos décadas en que la costumbre indica que al comenzar un discurso se dice: “Señoras y señores”. Carlos Lleras puso el “amigas y amigos” como vestíbulo de sus intervenciones. Es claro que no basta. En ese sentido hay que apoyar el objetivo básico que pretende darle sitio apropiado a lo femenino en el largo camino de demolición de una discriminación tan arraigada. Más aún: la batalla que se libra en el terreno del lenguaje deber ser, sobre todo, expresión de la equidad profunda en todos los ámbitos de la vida.

Pero las feministas más adelantadas deben también ser conscientes de que esa evolución profunda, tectónica, se irá reflejando en el lenguaje en la medida en que el terreno de la igualdad vaya tomando raíces estables. Sabemos que el lenguaje influye en la realidad, pero el trabajo de construcción de una arquitectura lingüística, si es aislado de la evolución general de la sociedad, tiene serios peligros. Las feministas ultra deben evitar caer en cierta actitud generadora de una especie de policía de la lengua. Muy malos recuerdos se tienen sobre esas actuaciones autoritarias destinadas a modificar el lenguaje y hasta extirpar ciertos usos de dialectos o idiomas enteros, como sucedió en negras épocas de la historia de España. Remember cómo persiguieron a Joan Manuel Serrat por cantar en catalán.

Otra forma de decirlo: muchos hombres hemos trabajado duro en la adopción y puesta en práctica de actitudes que superen la discriminación que recibimos hace décadas como miembros de la sociedad patriarcal que heredamos. Téngannos algo de paciencia. Creo que Florence sitúa esta materia en la posición correcta.

Coda. Hysteron, útero en griego, le dio el nombre a la histeria. Era pues, de manera equivocada, enfermedad netamente femenina. ¿Qué decir de tanto macho que en nuestra política anda por ahí en medio de arrebatos histéricos?

Conoce más

 

jose(88025)08 de noviembre de 2021 - 02:43 p. m.
Queridos y queridas, señores y señoras, homosexuales, lesbianas, androginos, bi-generos, trashombres, transmujeres, queer, intersexuales, asexuales, nobinarios, pansexuales, y todos los demás géneros, no comparto el lenguaje inclusivo porque no incluye sino que discrimina y lo peor se contradice por sí mismo, entonces como nos referimos a los demás generos? Digo los pronombres de elles?
Jaime(64690)07 de noviembre de 2021 - 11:17 p. m.
No me agrada mucho el lenguaje inclusivo pero entiendo su validez como reivindicación de los derechos de las mujeres. Sin embargo, prefiero que incluyan la "e" y no la "x" en los plurales pues tiene más sentido y crea una palabra " pronunciable". Y me parece un poco cursi el "todas y todos". Siempre habrá una opción ingeniosa para evitarlE.
Jose(46118)07 de noviembre de 2021 - 05:06 p. m.
Usted lo que a querido decir señor de la Calle que todas las mujeres Colombianas debieran votar por una mujer y la unica mujer que se perfila como Candidata presidencial para el periodo 2022-2026 el la Señora María Fernanda Cabal Hay lo vi bien Don Humberto.
  • Jaime(64690)07 de noviembre de 2021 - 11:08 p. m.
    Y hablando de lenguaje y para la próxima mejor si lo escribe así: "Ahí lo vi bien, Don Humberto".
  • Jaime(64690)07 de noviembre de 2021 - 11:05 p. m.
    Es la conclusión más estúpida a la que se puede llegar. ¿Sorprende?.No.
Hugo(14000)07 de noviembre de 2021 - 04:39 p. m.
Lo femenino en el lenguaje no es "casi invisible".También palabras de este género se aplican al otro.Muchísimas mujeres no se sienten ni son menos por"a"ni"o" y sí por la aberrante desigualdad económica que afecta a ellas y a sus hijos,hermanos y seres queridos no importa el género.Enfatizar desde un cierto punto de vista feminista distrae o debilita la lucha por mitigar el real gran problema.
Francisco(30227)07 de noviembre de 2021 - 03:41 p. m.
Por qué no te cayas?
Este portal es propiedad de Comunican S.A. y utiliza cookies. Si continúas navegando, consideramos que aceptas su uso, de acuerdo con esta  política.