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TEMA COMO PARA JULIO CÉSAR Londoño: ¿Hay una sola lógica armónica y universal? O, por el contrario, ¿ciertos sucesos pueden ajustarse a una rigurosa lógica matemática pero resultar descarriados desde una perspectiva distinta?
Primer caso, tomado de la canción popular: “El Alcalde de Zapata, en uso de facultades legales y considerando: Que al pueblo de Zapata le sobra con una res, resuelve: Artículo único: Mátese media vaca”.
Mejor aritmética, imposible.
Otro: Cuando se formaba el Estado norteamericano, saltó a la palestra el problema del efecto electoral de las grandes masas de esclavos del sur. Sus propietarios, ricos hacendados, querían que los esclavos ingresaran al censo electoral para obtener así un mayor poder regional. Pero, a la vez, repudiaban que los negros tuvieran representación. Solución mágica: cada esclavo equivalía a tres quintas partes de un blanco. Pero como si alguna perversión faltara en semejante despropósito, los pobres negros no podían votar (Maisel, American political parties and elections).
En ambos casos, estamos en presencia de una endemoniada aritmética invulnerable que, sin embargo, no resiste, o la biología, o la prueba ácida de los dignidad humana y de los valores democráticos.
Todo eso suena distante y remoto.
Pues tenemos un caso reciente: hay quienes sostienen, sin sonreír, que ante la presentación de la nueva terna para fiscal general, ahora ya no tenemos tres candidatos, sino seis. Por un lado, están algunos ternados, o amigos suyos, que pretenden defender los “derechos adquiridos” de los ilustres candidatos. Y por otro, sin proponérselo, abogados destacados, que al sostener que al Gobierno se le olvidó revocar la primera terna, terminan amparando el desaguisado.
Este sería un asombroso fenómeno: el traslado a la ciencia jurídica de la cariocinesis, proceso en el cual son expertas las amebas. Cada célula se divide y crea una nueva. Luego la segunda terna viene siendo la ovejita Dolly de las instituciones colombianas. ¡Joder! Pues entonces, a la manera del Alcalde de Zapata, nombremos medio fiscal de una terna y medio de la otra.
Como el voto en blanco ha impedido la elección hay que recordar que la norma más próxima, que guarda cierta analogía con la confusa situación del fiscal, dice que si por virtud del voto en blanco nadie logra una mayoría legalmente competente, deben repetirse las elecciones sin la presencia de los candidatos iniciales.
Admito: la norma tienes otros destinatarios, ¿pero no tiene cierto aire de semejanza con esta situación?
En serio, lo que habría que hacer para evitar un nuevo episodio de impotencia, que la Corte ya no tiene cómo resistir, sería esto: Que el Gobierno no interfiera. Que no muestre inclinación alguna. Que los ternados no hagan campaña, algo posible si se atiende a las condiciones de cada uno. Y, por fin, que la Corte se encierre en un conclave y llegue a un acuerdo. Si comenzamos de nuevo el rosario de votaciones, duelos le mando a la Corte.
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Bien por María Isabel Rueda y su merecido premio. Y bien por la justa mención que hizo de María Elvira Samper. Ambas son la quintaesencia del oficio: severo pero responsable.
