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Empresas familiares

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Indalecio Dangond B.
12 de febrero de 2024 - 02:00 a. m.
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Esta semana fui invitado a participar como panelista en el primer congreso Agro-Maíz, que se realiza en Colombia. Fue un evento que integró a los más importantes gurúes en biotecnologías agrícola de Latinoamérica, con los principales agricultores del país y las multinacionales de semillas, fertilizantes y protección de cultivos. Fueron cuatro días de transferencia de conocimientos en agricultura de alta productividad.

Lo curioso y admirable de este importantísimo evento es que no fue organizado por la Sociedad de Agricultores de Colombia (SAC) ni por el Ministerio de Agricultura, sino por una empresa familiar fundada hace 35 años, por Francisco Lopreto, en Cartago, Valle del Cauca. Los importantes logros alcanzados en el sector agropecuario colombiano se deben a las empresas familiares visionarias y a estímulos gubernamentales “de arranque” y no a los clásicos y permanentes instrumentos de dependencia del Estado. Ahí están los ejemplos de los grupos empresariales Oleoflores y Daabon en palma de aceite; ORF y Diana, en arroz; Manuelita y Rio Paila, en caña de azúcar; Cosagro y Agroinsumos, en maíz; Grupo Santa María y Banafrut, en banano de exportación; Álvaro Escobar y agropecuaria alfa, en ganadería, entre muchas más empresas familiares de otros subsectores agrícola, pecuario y forestal.

En el mundo de los negocios, las empresas familiares han sido el motor de desarrollo económico en cada país. Algunos estudios muestran que en EE.UU. representan el 80 % del total de las empresas; en la UE, el 60 % y en Colombia, el 70 %. Las más conocidas en el mundo son Novartis, Roche, Walmart, Facebook, Samsung, Nike y Volkswagen. En Colombia, están los grupos empresariales Santo Domingo, Aval, Carvajal, Corona, Haceb, Ardila Lule y Olímpica, entre otras.

Cuando analizamos las empresas familiares, vemos varios factores comunes entre ellas. Generalmente, los miembros de la familia que trabajan en esas empresas tienen mayores niveles de compromiso y esquemas muy particulares de hacer las cosas. Por ejemplo, emplean el tiempo necesarios para sacar adelante sus objetivos sin recibir bonificaciones ni horas extras. Su visión de crecimiento es a largo plazo y la estructura organizacional es estable. Las decisiones son rápidas pues solo requieren aprobación de los dueños que, en la mayoría de los casos, son los gerentes de la compañía o de las juntas directivas conformadas por miembros de la familia.

El caso de la empresa familiar Agroinsumos es de admirar. A Francisco, su fundador, lo conocí por allá en el año 2018, en Cali. Al día siguiente, me invitó a conocer las 18.000 hectáreas que se siembran de maíz y otros cultivos semestrales, en el distrito de riego de los municipios de Roldanillo, La Unión y el Toro, en la parte norte del Valle del Cauca. Hoy es un gran impulsor, con otros empresarios de la altillanura, Bogotá y Antioquia, de la ambiciosa iniciativa empresarial Soya-Maíz, proyecto país, que busca aumentar las áreas sembradas de estos cereales, con el fin de reducir las importaciones desde los EE.UU. y Argentina, para generar esos empleos y riquezas, en las regiones agrícolas del país.

Si los dejan, estas empresas familiares, lograrán convertir este sector agrícola, en el más grande del país, con más de un millón de hectáreas en producción.

* Asesor en crédito de fomento agroindustrial.

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orlando(45745)12 de febrero de 2024 - 10:48 p. m.
Buena columna, optimista para quienes queremos crear empresa y el panorama que nos pintan los medios es catastrófico.
jorge(3766)12 de febrero de 2024 - 07:46 p. m.
Empresas familiares asociadas al despojo de tierras, desplazam,iento y asesinato de campesinos y beneficiaraios de los recursos del agro destinados al campesinado (Agro Ingreso Seguro).
Atenas(06773)12 de febrero de 2024 - 05:16 p. m.
Indalecio, de mi carrera profesional en entidad financiera de renombre conocí al señor Lopreto en sus inicios en el norte del Valle, y de él en una cosa estoy seguro: no es de ideología mamertosa. Y como quiera q’ de las otras gratas experiencias q’ citas igual conservo referencias también me ratifico: ninguno es petrista. Atenas.
DIEGO(25270)12 de febrero de 2024 - 03:57 p. m.
Se dice que la 3era. generación que ha tenido todo en bandeja de plata, educados en el exterior y alejados de la realidad, al no participar con esfuerzo o pulso de su crecimiento, (por muy preparados profesionalmente que estén) tienden a acabar con lo construido por sus antecesores. Otros intereses profesionales hacen que cumplan por obligación ser parte directiva de sus empresas familiares y su falta compromiso hace que estas empresas familiares terminen en manos de inversionistas privados.
Beatriz(27111)12 de febrero de 2024 - 03:05 p. m.
Gracias por compartir esta información , es muy estimulante en medio de tanto critica y descalificaciones.
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