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¿Es mucho pedir?

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Indalecio Dangond B.
13 de septiembre de 2021 - 03:00 a. m.
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En las discusiones políticas que suelo tener en los almuerzos con amigos y en grupos de chat, por lo general concluimos que todos los males de este país nacen, crecen y mueren en el Congreso de la República.

Cuando revisamos la historia de los escándalos de corrupción en Colombia, siempre encontramos a un congresista involucrado en el torcido y cuando se realizan las encuestas de percepción de imagen de las entidades públicas del país, el Congreso es el peor calificado por los colombianos.

Por estas y otras razones, los colombianos debemos exigir al próximo presidente de la República, la prioridad inaplazable de una reforma política que inicie por el Congreso de la República, a ver si logramos eliminar las perversas prácticas de los compromisos, extorsiones y complicidades. Comenzando por modificar el proceso de elección de Contralor, Procurador y Defensor del Pueblo, para eliminar esa perversa costumbre del truque de votos de los congresistas por puestos burocráticos en esas entidades públicas o las engavetadas de procesos disciplinarios y fiscales.

Otra práctica inmoral que debe eliminarse en el Congreso es la mal llamada coalición o partidos de gobierno, un esquema político de apoyo gubernamental que terminó convertido chantaje y complicidad mutua. Ustedes me aprueban las leyes, reformas administrativas, presupuestos y me protegen a los ministros del Despacho ante cualquier moción de censura, y yo les entrego a sus partidos políticos los ministerios y demás entidades públicas con sus respectivos presupuestos para que se los repartan entre sus senadores y representantes a la Cámara. ¡Qué horror!

Claramente, la cirugía más urgente que requiere el Congreso es una liposucción para quitarle la grasa que le sobra en sobregastos de nómina y administrativos. Y hay que comenzar por reducir el número de congresistas y eliminar los exagerados salarios y gastos administrativos. No se justifica tener un Congreso con una nómina de 280 congresistas con una UTL integrada por diez empleados, dos Toyotas blindadas con choferes y escoltas, 96 tiquetes aéreos en primera clase al año, viáticos, seguros y cuatro meses de vacaciones. Según las cuentas de varios analistas, a los colombianos nos cuesta el Congreso, unos $33.000 millones mensuales.

Lo peor del cuento, es que, un grueso número de estos congresistas son anónimos para los colombianos y prácticamente vienen a pasear a Bogotá. Les aseguro que, si recogemos una platica y le pagamos a una firma auditora un estudio de evaluación de gestión a los 280 congresistas, más de la mitad se raja.

Sólo basta con evaluar el cumplimiento de sus promesas electorales en sus regiones; los debates de control político realizados a ministros y demás autoridades con resultados concretos; los proyectos de Ley radicados y aprobados, y, por último, verificar su asistencia a los debates de comisiones y plenarias.

En consecuencia, los colombianos estamos exigiendo un Congreso que sea verdaderamente representativo, que haga buenas leyes, ejerza un buen control político y actúe con transparencia. ¿Es mucho pedir?

En el tintero. Una reflexión final del presidente de los Estados Unidos Harry Truman: “Cuando uno es presidente se le rinden honores, salvas de veintiún cañonazos y todas esas cosas. Pero hay que recordar que no son para uno: son para la presidencia”.

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eudoro(79178)13 de septiembre de 2021 - 09:28 p. m.
Columna oportuna y bien estructurada. Poco por añadir, aunque desde luego hay mucho por modificar. Esa urgente reforma política de la que habla el autor Dangond, requiere asimismo una inaplazable reforma judicial, también la realidad nacional exige una severa modificación al Consejo Nacional Electoral para que sea un órgano judicial.
Fabio(5564)13 de septiembre de 2021 - 03:10 p. m.
Que bueno que Indalecio, relate estas verdades, que él a cohonestado como costeño, donde ha apoyado a los gobiernos corruptos de turno. Le falto decir que obras son amores y no populismo de derecha, e invitar a sus amigos a no votar por los mismos con las mismas para que se de un verdadero cambio en 2022,
Martha(25230)13 de septiembre de 2021 - 02:56 p. m.
Por lo tanto cada porción del presupuesto:salud,(hospitales y puestos de salud),educación (alimentación,pago de maestros,equipos para la actualización tecnológica,) ademas de los proyectos para licitar,proyectos en ejecución,todo el departamento y la ciudad son de su propiedad,como finca propia.
Martha(25230)13 de septiembre de 2021 - 02:50 p. m.
Cada congresista tiene en su departamento y ciudad capital que representa otra oficina de representación,representación que consiste en cooptar al gobernador, a los diputados,el alcalde los concejales y a los directores de departamentos,pudiendo así disponer del presupuesto total para robarlo y despilfarrarlo.
Hernando(84817)13 de septiembre de 2021 - 02:20 p. m.
Su columna es para llorar por esta muestra absoluta de la corrupcion en quienes deberian ser el ejemplo y el resguardo de los colombianos. Todos sus argumentos son validos; pero como lograremos un cambio si se sigue eligiendo a los mismos que son los que determinarian esos cambios? Esa mina no es negociable.
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