Publicidad

Nuevo modelo productivo

Sigue a El Espectador en Discover: los temas que te gustan, directo y al instante.
Indalecio Dangond B.
23 de agosto de 2021 - 03:00 a. m.
Resume e infórmame rápido

Escucha este artículo

Audio generado con IA de Google

0:00

/

0:00

No hay cosa que envicie mas que las crocantes rosquitas o diabolines corozaleros hechos a base de almidón de yuca. En los aeropuertos de las ciudades capitales de la región Caribe, siempre están agotados. Si ProColombia llega a promocionarlos en el mundo, se van a vender más que la Coca-Cola.

Este es apenas uno de los 127 subproductos que se extraen de la yuca. Así lo pude comprobar el pasado miércoles en la jornada de negocios organizada por el Ministerio de Agricultura y la Gobernación de Sucre, en Sincelejo, donde 76 organizaciones de productores del campo y varias industrias de alimentos cerraron negocios de compras por más de $842 millones. Este programa de alianza estratégica entre productores e industriales de materias primas y grandes superficies de alimentos es el mejor vehículo para impulsar un nuevo modelo productivo rentable en las regiones del país.

Este esquema, creado en el año 2000 por el entonces ministro de Agricultura, Carlos Murgas, fue el motor de la palma de aceite, el cultivo que más ha crecido en superficie sembrada en los últimos 20 años en Colombia, con un área que supera las 546.000 hectáreas. Desafortunadamente, el gobierno de Juan Manuel Santos y los negociadores del proceso de paz con las Farc en La Habana truncaron la meta del gremio de llegar al millón de hectáreas, porque la palma estaba sustituyendo mucho cultivo de coca en los corredores geográficos del Catatumbo, sur de Bolívar, Magdalena Medio, Urabá Antioqueño y Tumaco (Nariño).

El esquema es muy sencillo. Primero se crean unos instrumentos de incentivos y apoyos por parte del Gobierno y luego se organizan las entidades que deben implementar el modelo. En aquella ocasión creamos el Incentivo a la Capitalización Rural (ICR) para sistemas de riego, infraestructura de almacenamiento, maquinaria y equipos de transformación; el subsidio de tasa de interés; el respaldo del 80% de los créditos asociativos a través del Fondo Agropecuario de Garantías; una subvención al costo de la prima del seguro agrario y un subsidio a la cobertura de precios a través de la Bolsa Agropecuaria.

Estructurado lo anterior, se les asignaban unas tareas y metas a las entidades ejecutoras. Es decir, Finagro y Banco Agrario debían financiar los núcleos agroindustriales con creditos ágiles y oportunos; el ICA, Sena y Corpoica (hoy Agrosavia) transferían los paquetes tecnológicos, asistencia técnica y control fitosanitario; el DRI, el INAT e Incoder (hoy Agencia de Desarrollo Rural) proporcionaban tierras, sistemas de riego, infraestructura de almacenamiento y de transformación de materias primas, y la Bolsa Mercantil de Colombia ayudaba con la comercialización de las cosechas. Los programas de vivienda rural y vías terciarias se lideraban desde la cartera agropecuaria. Hoy, hay que pedirles permiso a unos muchachitos tecnócratas de otros ministerios y a algunos burócratas capitalinos gremiales.

Si las industrias de alimentos balanceados —chocolate, arrocera, láctea, cannabis y aguacate hass— aplican este exitoso modelo de núcleos agroindustriales, con contrato en mano, les aseguro que en los próximos cuatro años habremos sustituido un área importante de las 245.000 hectáreas de cultivos de coca sembradas en el país y los ocho millones de toneladas de maíz, soya, arroz y leche que estamos importando.

* Consultor en crédito de fomento agroindustrial.

Conoce más

Temas recomendados:

 

Atenas(06773)23 de agosto de 2021 - 02:25 p. m.
Cuánta razón te acompaña en este abstruso asunto de cómo forjar un desarrollo rural de más envergadura y sus subsecuentes efectos positivos en la economía. Mas el desgreño e ignorancia de los tecnócratas dieron al traste con esta gran intención, y peor fue en el gbno de Santos en circunstancias q’ yo experimenté en mi actividad en el seno de ciertas instituciones sujetas a sus veleidades.
Julio(2346)23 de agosto de 2021 - 01:52 p. m.
La paz es la mejor inversión para lograr el desarrollo económico y social. Por eso los guerreristas, es decir los uribistas, deberían invertir en la paz social, aunque sólo fuera por conveniencia personal.
Julio(2346)23 de agosto de 2021 - 01:47 p. m.
Si ya estamos llevados del diablo a causa de ese presunto "salvador" que es el matarife, será preferible que nos salve ese presunto satanás que es Petro.
Hernando(84817)23 de agosto de 2021 - 01:22 p. m.
Ha leído y analizado el autor de esta columna el impacto que tiene este tipo de cultivos en uno de los problemas mas graves que tiene el planeta y que están relacionados con su efecto en el calentamiento global por la deforestación?. Buenos, cuando la destrucción total llegue, ni el ni yo estaremos vivos, así que poco importa. Que las generaciones futuras se defiendan.
Usuario(82535)23 de agosto de 2021 - 12:37 p. m.
Conocí de cerca los procesos de despojo de tierras vía homicidios por las agroindustrias para cultivar palma. Por eso en la habana hubo modificaciones al modelo de despojo. Como siempre sesgado en tus apreciaciones.
Este portal es propiedad de Comunican S.A. y utiliza cookies. Si continúas navegando, consideramos que aceptas su uso, de acuerdo con esta  política.