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Oportunidades desperdiciadas

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Indalecio Dangond B.
18 de octubre de 2021 - 04:00 a. m.
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El pasado mes de mayo sugerí en este espacio al Gobierno nacional y a los gremios de la producción agropecuaria fomentar un plan de nuevas siembras y de impulso a la productividad en cultivos de alta demanda mundial, aprovechando el “superciclo” de precios que se veía venir en los commodities agrícolas.

Los superciclos de materias primas normalmente se disparan cuando existe un elevado aumento de la demanda a nivel mundial, al cual la oferta tarda en responder. En la historia del mundo económico sólo se han registrado cuatro periodos sostenidos de precios por encima de la tendencia durante un lapso superior a los 10 años. El primero coincidió con el estreno de los Estados Unidos como potencia económica en 1880, el segundo apareció con la reconstrucción después de la Segunda Guerra Mundial, el tercer superciclo se produjo durante la crisis de los precios del petróleo en la década de los 70, y el cuarto se dio en 1999, durante la vertiginosa industrialización de China, lo cual hizo que se produjeran fuertes alzas de los precios de los commodities agrícolas ocasionando una crisis alimentaria entre el 2007 y 2008.

En esta era de pospandemia se presentó el quinto periodo sostenido de precios por encima de la tendencia, debido a que las potencias mundiales están priorizando en sus presupuestos la creación de más empresas —para generar mayor empleo— y proyectos que requieren muchas materias primas. A lo anterior se suma la enorme demanda de China en cereales, algodón y otros productos agrícolas, y el interés por las energías renovables en el mundo, lo cual ha ocasionado una alta demanda de las oleaginosas para producir biocombustibles.

Desafortunadamente, en Colombia no hemos sabido aprovechar esta bonanza de altos precios para generar mayor riqueza y empleos en nuestras zonas rurales. Revisando las estadísticas de las áreas agrícolas sembradas en los últimos cuatro años, observo que no hubo un incremento significativo en las siembras de cultivos semestrales ni en el aumento de la productividad en los cultivos de ciclo largo. Es lamentable que sigamos cultivando los mismos 6,8 millones de hectáreas de hace cuatro años atrás teniendo 42 millones de hectáreas aptas para agricultura. Es vergonzoso que sigamos importando 6,2 millones de toneladas de maíz amarillo y 2 millones de soya, pudiendo desarrollar esos cultivos acá, y es incomprensible que, después de tantos años de inyección de recursos públicos, no hayamos sido capaces de elevar la productividad de 18 a 23 sacos de café verde por hectárea o superar los 1.400 kg/ha en cacao o las 5 ton/ha en el sector arrocero.

Por último, lamento que en esta coyuntura de altos precios de los commodities agrícolas, el Gobierno y el Congreso no hubiesen aprobado un presupuesto importante de inversión para echar andar un programa estatal de incentivos agrícolas que permitiera a nuestros empresarios del campo instalar en sus fincas las últimas tecnologías en sistemas de riego, maquinaria agrícola, infraestructura de almacenamiento y logística de transporte.

Otra oportunidad que se nos va de las manos.

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Jorge(84283)18 de octubre de 2021 - 09:58 p. m.
Desesperanzador su diagnóstico, señor Dangond; es una muestra de lo mal administrado que ha estado este país, por la falta de capacidad y grandeza de sus dirigentes. A espaldas del campo y sus recursos marinos. Debe ser que les conviene mantener a las mayorías de su población en la miseria y la ignorancia que conlleva.
jose(33220)18 de octubre de 2021 - 08:10 p. m.
estará el gobierno del rector Duque , muy afanado en buscar otro uribito que le dé auxilios a su patrón y a los m´pas ricos. entonces hagamos como en la fiscalía de barbosa : dejemos asi.
Usuario(69099)18 de octubre de 2021 - 05:55 p. m.
Sueñe
German(51480)18 de octubre de 2021 - 03:58 p. m.
Don Indalecio, usted lo ha dicho, los actuales propietarios de las tierras productivas tienen una mentalidad feudal, han tenido el poder para desarrollar el campo, pero no han querido, es necesario que el Estado les compre esas tierras improductivas y se las ofrezca a los campesinos-empresarios para que generen prosperidad y equidad.
Antonio(45414)18 de octubre de 2021 - 02:16 p. m.
No se pueden pedir peras al olmo. Que un político piense ya es difícil y si se trata de pensar en el pueblo es imposible.
  • Muyval(68260)18 de octubre de 2021 - 07:54 p. m.
    Recuerde que si la seguridad laboral de un político depende de su rechazo a entender una realidad, jamás la va a entender.
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