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Política agrícola

Indalecio Dangond B.
02 de agosto de 2021 - 03:00 a. m.

Tal como lo manifesté en la pasada columna, en estos tres años de legislatura que pasaron no se tramitó una sola iniciativa estructural que ayudara a eliminar las ineficiencias de los productores del campo e impulsara el crecimiento de la superficie y la productividad agrícolas del país.

Los proyectos de ley radicados por algunos congresistas el pasado 20 de julio son propuestas inertes y utópicas que apenas contribuyen a perpetuar los problemas del campo. El agro colombiano está enfrentando muchos desafíos y uno de los más importantes es su desarrollo empresarial productivo sostenible para poder competir en los mercados internacionales. A excepción de las flores, banano, café, aguacate hass, cannabis y ganado en pie, los demás productos no son competitivos en el mercado externo.

Para nadie es un secreto que la internacionalización de la economía es un proceso creciente y a la vez imparable que afecta a todos los negocios independientemente del subsector agrícola o pecuario al que pertenezcan. Los esquemas tradicionales funcionaban bastante bien cuando el negocio era simple: unos pocos productos, clientes estables en el mercado nacional y un escenario competitivo conocido y prácticamente invariable, pero ya hemos visto que las cosas cambiaron y por eso cada año son mayores los volúmenes de alimentos y materias primas importados y menos las áreas cosechadas en nuestro país.

Para nadie es un secreto que la internacionalización de la economía es un proceso creciente y a la vez imparable que afecta a todos los negocios independientemente del subsector agrícola o pecuario al que pertenezcan. Los esquemas tradicionales funcionaban bastante bien cuando el negocio era simple: unos pocos productos, clientes estables en el mercado nacional y un escenario competitivo conocido y prácticamente invariable, pero ya hemos visto que las cosas cambiaron y por eso cada año son mayores los volúmenes de alimentos y materias primas importadas y menos las áreas cosechadas en nuestro país.s.

Mientras la demanda mundial siga creciendo, la competencia se va a endurecer más, por la sencilla razón de que ahora tenemos que competir “pelo a pelo”, con agricultores de todo el mundo y con el mercado como único definidor del nivel de bondad de las cosas que hacemos. Cada día vemos en el mercado nacional competidores y clientes de países en los que hasta hace pocos años atrás ni siquiera habíamos pensado. Si no actuamos rápidamente nos van a acabar lo poco que queda del campo. Ahí está el ejemplo del algodón.

Como consecuencia de este fenómeno, es necesario actualizar las normas, planes y estrategias, para empoderar a los agricultores y ayudarlos a situar sus productos en cualquier parte del mundo donde exista demanda potencial. Así ha sucedido en países con los cuales competimos. En mis recorridos por algunas zonas agrícolas de Brasil, Perú, Chile, Uruguay y Estados Unidos, entre otros países, quedé impresionado con la capacidad de innovación empresarial que utilizan esos agricultores, apoyados en el desarrollo tecnológico que termina convirtiéndose en un factor clave para la competitividad de las empresas. En Colombia, las leyes, los programas de asistencia técnica, los modelos de transferencia de tecnologías y los esquemas de capacitación y formación quedaron obsoletos hace rato y nadie hace algo por cambiarlos o actualizarlos.

Enfrentar la globalización de la economía requiere de una política pública a largo plazo que facilite los procesos, reduzca el costo país, garantice la seguridad jurídica de las inversiones, facilite el acceso a créditos, incentivos de coberturas de riesgos, transferencia de tecnologías, conocimientos y servicios públicos. Los congresistas, dirigentes gremiales y funcionarios del gobierno, como orientadores y administradores de la política agraria de este país, no pueden seguir aplazando esta urgente necesidad. Las respuestas ya no se encuentran en la historia y la repetición del pasado sólo conduce al fracaso.

* Consultor en financiamiento agropecuario.

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HF(32718)02 de agosto de 2021 - 11:23 p. m.
Desafortunadamente la miopía, el conservadurismo, las reformas agrarias fallidas y, más recientemente, el incumplimento del acuerdo del paz gracias a una élite torpe, de extrema derecha, aliada y vocera de los paramilitares, tiene sumida a la ruralidad y su gente en la pobreza, la creciente desigualdad, el desplazamiento y la total incertidumbre.
Julio(4143)02 de agosto de 2021 - 05:39 p. m.
En su libro Labranza de Paz, Óscar Marulanda Gómez plantea un modelo mixto que utilice las mejores tierras no cultivadas,- las cuales quedarían automáticamente legalizadas, propongo yo, no Óscar, - el Estado pondría la infraestructura, el sector privado la agroindustria y los desplazados la mano de obra, a quienes al cabo de un tiempo de trabajo initerrumpido, el Estado tranferiría sus acciones.
Atenas(06773)02 de agosto de 2021 - 02:22 p. m.
Indalecio, su último párrafo resume las angustias de "agricultar" en Colombia, eso sí es hacer patria con pasaporte al fracaso. Aparte de las falencias nuestras, la globalización remató el cuento. Sólo a gran escala sería factible dar el combate. Y aún hay torpes q' hablan de reformas agrarias... pa aumentar la desgracia. Mis hijos, de fortuna, en otras cosas están.
  • Atenas(06773)02 de agosto de 2021 - 02:43 p. m.
    Y el umbrío panorama nuestro tiende a ser peor. Ese rol de la siniestra izq. q' todavía alienta el perverso cuento "de la tierra pa'l q' la trabaja", con validez hasta la mitad del siglo XX, más ensombrece y pa nada aclara lo q' Ud bien resume. En un mundo de grandes ligas queremos competir con recochas de barrio.
  • Orlando(50018)05 de agosto de 2021 - 01:22 a. m.
    Siniestra izquierda ,,? Acaso son ellos los que se apoderaron de buena e de las tierras e invadieron baldíos.? Cuando la Izquierda ha sido mayoria en le congreso? Su opinión además de carecer de argumentos de fondo y de forma, usa de una manera simplista y demagógica ese caducado mantra .!
Antonio(45414)02 de agosto de 2021 - 02:43 p. m.
Colombia le quedó grande a la dirigencia, tanto la pública como la gubernamental. Por qué? Ineptos, corruptos, no importa cuál se la razón, siempre el pueblo será el que pague los platos rotos. Y todo sigue igual en la platanera.
Antonio(45414)02 de agosto de 2021 - 02:44 p. m.
....Como la privada
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