Escucha este artículo
Audio generado con IA de Google
0:00
/
0:00
El aislamiento social por la pandemia del COVID-19 tiene a una de cada tres personas en el mundo encerrada en su casa.
Hasta ahora, ha sido la solución más efectiva desde que comenzó esta epidemia en el mes de diciembre en China. Al mundo le tomó dos meses para llegar a casi 100.000 casos de contagio del coronavirus, pero los errores cometidos por Italia, España, Alemania, Francia, Reino Unido y Estados Unidos hicieron que la cifra pasara a 516.000 personas contagiadas. Si este crecimiento exponencial se mantiene, los analistas de la salud calculan que en la primera semana de abril la cifra puede llegar al millón de personas contagiadas en el planeta.
En Colombia, el crecimiento exponencial de la pandemia ha estado controlado hasta el momento, gracias a las medidas oportunas del Gobierno Nacional y los mandatarios locales. En dos semanas se detectaron 491 personas contagiadas de las cuales fallecieron seis, lo que representa un índice de mortalidad del 0,01%. Muy por debajo del promedio mundial que alcanza el 3%. Según los informes oficiales, el 80% de los contagiados están entre los 20 y 50 años, mientras que los fallecidos están por encima de los 60 años.
Claramente, la parte más complicada se nos viene la próxima semana, cuando comiencen a verse los brotes por la cantidad de personas que no han acatado la cuarentena decretada por el presidente Duque. La falta de educación y de conciencia sumada al hambre están poniendo en riesgo la vida de miles de personas de escasos recursos. Son más de tres millones de personas angustiadas por no tener cómo llevar un plato de comida a sus hogares. El Ejército podría ser un vehículo eficaz para coordinar este plan de ayuda humanitaria. Ellos tienen la mejor logística del país.
Otro tema que requiere acelerador a fondo por parte del Ministerio de Salud, gobernadores y alcaldes es la provisión de infraestructura hospitalaria para atender a los pacientes y los elementos de protección del personal médico y de enfermería. Debería ser obligatorio para los alcaldes garantizarle al 1% del total de su población las camas, mascarillas y respiradores.
Respecto al tema de la seguridad alimentaria, cada alcalde debería ir construyendo unas bodegas modulares con equipos refrigerados para garantizar a sus agricultores y ganaderos el almacenamiento de los productos perecederos mientras consiguen comercializarlos. De igual manera, prestarles a los productores del campo el transporte gratuito desde los centros de producción hasta los centros de distribución y consumo en sus municipios.
Me imagino que el Ministerio de Agricultura estará trabando en una estrategia para garantizar el crédito oportuno para las siembras de unos 3,6 millones de hectáreas de cultivos transitorios en abril y mayo, y el sostenimiento de los cultivos perennes y del sector pecuario, los cuales requieren una inversión superior a los $20 billones, dinero que está disponible en la banca privada, en Finagro y el Banco Agrario. Una línea de crédito para cadenas agroindustriales facilitaría la irrigación de recursos a los agricultores y ganaderos que proveen alimentos y materias primas a la industria y grandes superficies.
En estos momentos, el peor enemigo es el tiempo.
* Experto en financiamiento agropecuario.
