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En el tiempo de Dios

Indalecio Dangond B.
29 de marzo de 2021 - 03:00 a. m.

Hacen cuatro años tomé la decisión de darle un giro a mi vida profesional, en el sentido de aplicar mis capacidades y conocimientos más al servicio y beneficio de las comunidades rurales de mi país.

A pesar de haber tenido en el pasado un par de oportunidades de ayudar a miles de campesinos a mejorar su calidad de vida a través de esquemas asociativos en alianza con la agroindustria, me quedó faltando tiempo. En el sector público el exceso de burocracia, mediocridad y tramitología, no permite que los programas de verdadero impacto social y económico en la población rural, avancen eficazmente y se sostengan en el tiempo. La mayoría se quedan en titulares de prensa y presentaciones en Power Point.

Un poco frustrado por la imposibilidad de poder ayudar a la población rural desde lo público, decidí entonces crear una empresa dedicada a fomentar el crédito agropecuario para facilitarle a la banca y a los productores del campo la información que requieren para estructurar y evaluar un proyecto productivo con bajo riesgo, alta rentabilidad y fuente de pago. Pensé que con ello iba a lograr mayor confianza en ambos sectores y fomentar las colocaciones de créditos en el campo, pero el esfuerzo fue en vano. En Colombia, no existen los mecanismos legales, técnicos ni operativos que permitan irrigar el crédito al sector productivo y a los pequeños y medianos productores del campo. Estamos administrando un sistema de crédito agropecuario disfuncional que no alcanza a financiar las necesidades de capital de trabajo e inversión, siquiera del 10% del total de los agricultores y ganaderos del país. La fuga de recursos de créditos se está yendo hacia sectores que no lo requieren.

No voy a negar que tuve la intención de abandonar el tema y dedicarme a lo fácil y a lo que da billete, como me solían decirme varios banqueros. Afortunadamente, la fe y la pasión por mi trabajo, pudieron más que los obstáculos y las decepciones. Una mañana cualquiera le pedí a Dios en mis oraciones, que me diera luz y sabiduría para encontrar un vehículo sin tantos palos en la rueda que me permitiera cumplir con la misión de ayudar a mejorar la calidad de vida de esa población campesina y dignificar su trabajo.

Esa señal llegó el 11 de agosto de 2015, pero de una manera extraña. Pensé que iba a recibir una llamada de alguno de los organismos de cooperación internacional o de los fondos de inversión que días antes había contactado para plantearles mi propuesta de inclusión financiera para población rural. Pues no. Ese día, la única información que recibí fue el informe de los resultados del Censo Nacional Agropecuario.

El diagnóstico encontrado por los jóvenes que censaron a 2,7 millones de productores del campo no pudo ser peor. El 89% de los productores encuestados dijeron que estaban por fuera del sistema financiero y del servicio de asistencia técnica pública. El abandono del Estado sobre el sector rural había hecho metástasis en todas las regiones del país. Fue entonces cuando entendí la señal de Dios. Me estaba invitando a ser más creativo en la solución de tan enorme problema. Continuará...

Correo: indaleciodangond@credifomento.com

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Atenas(06773)29 de marzo de 2021 - 04:34 p. m.
Indalecio, como quiera q' conocemos de las actividades de inversión q' ud aborda hoy, fácil comprendemos sus lamentos, y en tan secular abandono del sector rural igual casi concluimos q' más q´ hacer patria con ello es como adquirir un pasaporte al fracaso; de allí q' sea el campo oportuno caldo de cultivo de todas las formas de delincuencia, y x ello es, mejor, un apostolado.
Periscopio(2346)29 de marzo de 2021 - 02:36 p. m.
El hipócrita Indalecio Dangond llora más que los guaduales sus lágrimas de cocodrilo invocando la "inclusión financiera para población rural", a la vez que ha sido un fanático defensor de la plutocracia agroindustrial y del prevaricador Uribito con su infame AIS, que fue la inclusión financiera de la oligarquía y la exclusión de la población rural de los dineros públicos.
UJUD(9371)29 de marzo de 2021 - 11:17 p. m.
Descubrió el torcido AIS ? Y su dios como q es el innombrable ?
DONALDO(67774)29 de marzo de 2021 - 03:42 p. m.
"Hacen cuatro años..." ¡Qué horror!, y empezando la columna. En otro tiempo los grandes periódicos tenían correctores de estilo, celosos editores...
  • Atenas(06773)29 de marzo de 2021 - 04:40 p. m.
    Este Donaldo, y los otros secuaces q' como él ahora se deshacen en sandeces, se fija en simple error de digitación o del diablillo de la tecnología, en lugar del mensaje. Como el cuento del tarugo aquel q' cuando un avisado hombre señalaba la luna, el muy torpe miraba la punta del dedo.
Javier(18622)29 de marzo de 2021 - 02:09 p. m.
Las columnas de opinión son otra cosa. ¿esto qué es? vaya donde un sacerdote y se confiesa, pero no utilice un espacio de estos para este tipo de cosas.
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