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Mañana 17 de junio, los colombianos tenemos la gran responsabilidad de decidir si sacamos juntos este país adelante o ayudamos a empujarlo al despeñadero.
Mañana domingo, los colombianos tendremos la opción de elegir entre un candidato que jamás en su vida ha infringido la ley y otro que la ha quebrantado varias veces. Entre un candidato que no tiene ningún antecedente fiscal o disciplinario y otro que tiene embargadas sus cuentas por malos manejos de los recursos públicos.
Mañana, millones de ciudadanos iremos a las urnas a decidir si queremos que nuestro país sea gobernado por un gobernante que ha obtenido las más altas notas académicas o por uno que no sabemos qué fue lo que estudió. Entre un candidato que fue elegido varias veces como el mejor congresista de Colombia y otro que ha sido catalogado como el peor alcalde de Bogotá.
Mañana, decidiremos si le entregamos este país a un candidato cuya plataforma de gobierno ha sido calificada por todos los gremios y analistas económicos del país como la mejor propuesta para impulsar nuestra economía o elegimos a un candidato que pretende implementar el modelo socialista bolivariano que tiene quebrados a varios países en el sur, Centroamérica y el Caribe.
Mañana, los colombianos tendremos el deber ciudadano de escoger entre un candidato que se sostiene en sus tesis y argumentos asumiendo riesgos políticos u otro que cambia de parecer (como el camaleón) a cada hora, firma promesas en mármol (como Santos y Chávez) y suscribe pactos o alianzas politiqueras, para adherir votos.
Mañana domingo, vamos a elegir entre un candidato que ha decidido despolitizar la justicia colombiana y otro que promete mantener el caos actual, prometiendo desde ya cargos a exmagistradas de la Corte Constitucional. Vamos a elegir entre un candidato que va a fortalecer el sector empresarial del país para generar más empleo y riqueza y otro que pretende expropiar a los que trabajan para darles a los que no trabajan.
Mañana, vamos a escoger entre un candidato que está listo y preparado para cambiar el rumbo del país y otro que está aferrado a mantener y acrecentar las diferencias que alejan a los colombianos de su bienestar. Entre un candidato que quiere gobernar por cuatro años y uno que pretende perpetuarse en el poder.
Ahí están las principales diferencias entre Duque y Petro. La decisión de qué país queremos es nuestra.
En el tintero: Es insólito que el Ideam tenga un sistema satelital para medir la deforestación por departamento en Colombia (220.000 ha en 2017) y Minambiente, Mindefensa y la Presidencia no utilicen esta herramienta para controlar la minería ilegal, los cultivos ilícitos y la frontera agrícola.
* Consultor en financiamiento agroindustrial.
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