Continúa el remezón en el Ministerio de Educación (MEN). Después de la salida de Alejandro Gaviria, surgió un escándalo que involucra a Nicolás Ávila, exjefe de gabinete, pues al parecer se divertía distribuyendo gomas con marihuana a sus colegas, a veces, incluso, sin informarles. También fue relevado del puesto Hernando Bayona, viceministro de educación preescolar, básica y media. El cargo de jefe de gabinete no sé quién se lo inventó, pero lo que cuentan funcionarios del MEN es que Ávila tenía un poder desproporcionado, fungía de miniministro, generando burocracia y confusión. Ojalá no lo reemplacen, no sea que aparezca otro déspota. No obstante, dejar acéfala la cartera de preescolar, básica y media sí tiene efectos graves en la política y estabilidad del sector. Esperemos que nombren rápidamente a alguien que tenga experiencia.
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Lo que sucede es la mayor evidencia de que en el Ministerio las cosas no fluían desde hacía meses. Es extraño que la nueva ministra, quien ocupaba el viceministerio de educación superior y tiene una buena hoja de vida académica, pero poca experiencia en el sector público y ninguna en educación preescolar, básica y media, retirara tan apresuradamente al viceministro encargado de gerenciar ese nivel. Es una medida desafortunada, pues genera más inestabilidad institucional. Sin conocer al exviceministro Bayona, lamento su partida y comparto lo que le escribe al presidente Petro en su carta de renuncia: “Bajo la idea de que la paz y la educación son el mismo proyecto, es vital que en el gobierno del cambio se ponga la educación en la prioridad de sus acciones. En esta línea y para hacer realidad el ideario de Colombia potencia mundial de la vida es necesario volver a lo fundamental y hacer de la escuela el epicentro de la transformación social y cultural del país”.
El sector educativo necesita organización e intervenciones urgentes. Más de una generación de niños se está quedando atrás, sin las habilidades fundamentales para su correcto desarrollo emocional y académico. Los efectos de la pandemia no se están mitigando y el retraso se acumula. Adicionalmente, el sistema de básica y media se está quedando sin recursos. La Ley 715, que administra las transferencias monetarias para el pago a los maestros y otros gastos fundamentales para la operación del sector, debió haber sido modificada en 2016, pero no se ha hecho. Ya la bolsa de recursos no alcanza y las entidades territoriales presentan dificultades para pagar sus nóminas, lo que tiene como consecuencia adicional que no les está quedando ni un peso para invertir en calidad, retención escolar e infraestructura, entre otros importantes temas.
La salida de Bayona confirma que Gaviria no se fue solo por su crítica a la reforma de salud. El equipo del MEN no había logrado engranar, por lo que se hace urgente su consolidación, pues ya se perdieron siete meses, que le costarán años a toda una generación que requiere atención oportuna y de buena calidad, que debe abarcar todos los niveles, desde la primera infancia, pasando por básica y media, hasta la superior. Presidente, ministra y nuevos viceministros, como lo menciona Bayona en su carta, no olviden que sin la escuela y sus principales beneficiarios: los niños, será imposible transformar el país.