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La semana pasada terminó la elección del nuevo rector de la Universidad de los Andes, un proceso largo, arduo y gratificante. El Consejo Superior de la mejor universidad privada del país y una de las mejores de Colombia seleccionó a Alejandro Gaviria. Gran noticia para la universidad y señal de que, como en el país y en el mundo (aunque a veces pareciera que no), las cosas evolucionan.
Los Andes logró en las últimas décadas dos grandes cosas: contar con un recurso humano altamente preparado (de sus más de 700 profesores cerca del 80 % tiene doctorado) y volverse plural e incluyente (gracias a los programas Ser Pilo Paga y Quiero Estudiar, hoy sus estudiantes son los mejores no solo de la élite económica del país, sino de todos los estratos). Se equivocan quienes piensan que el beneficio de Ser Pilo Paga para la institución fue económico; los Andes, a pesar de su alto costo, siempre ha tenido más aspirantes que cupos, por lo que el beneficio fue social y educativo. Al cambiar la composición social de sus estudiantes y al contar con mejores profesores, la universidad se ha visto en la necesidad de abrirse y responder a sus retos de forma diferente.
Pero para que las cosas cambien se necesita escuchar y fue eso justamente lo que hicieron el presidente del Consejo y el Comité Directivo de la universidad. Gracias a eso, el proceso de elección del nuevo rector marca un hito en la forma como se venía escogiendo a quienes lideraban la universidad. Aunque se puede seguir mejorando, es la primera vez en su historia que se hace un proceso abierto, donde todos los miembros de la comunidad uniandina pudieron participar y fueron informados del paso a paso. Las postulaciones fueron abiertas; el Comité Nominador se reunió con representantes de todos los estamentos de la institución y con los insumos de esas reuniones se construyó el perfil del rector y se seleccionó a aquellos que lo cumplían. Por primera vez en su historia, entre el grupo de opcionados se encontraba una mujer, Ana María Ibáñez, y la participación de mujeres en el Comité Nominador (4 de 13), en el Comité Directivo (3 de 7) y en el Consejo Superior (9 de 36), órgano que seleccionó al rector, ha sido la mayor de la historia, aspecto no menor, pues en un país donde las mujeres escalan a puestos de importancia en el sector público y privado con alguna facilidad, el ámbito universitario sigue siendo muy masculino.
Fue así como salió elegido el nuevo rector. Gaviria, quien cuenta con todos los créditos académicos y la experiencia para ejercer el cargo, se convierte en el primer rector en muchos años que no viene del seno mismo de la universidad. Aunque realizó su maestría en los Andes y fue decano de Economía varios años, no ha sido miembro de sus órganos de gobierno y no es nacido ni hace parte de la élite bogotana. Llega con una visión para la universidad verdaderamente inspiradora; en sus propias palabras: “Una universidad plural, donde quepan todas la ideas (…) donde exista un diálogo permanente sobre el cambio social (…) donde se puedan pronunciar las verdades incómodas (…) que combata la sobresimplificación del mundo (…) una universidad humanista”. ¡Felicitaciones, Alejandro, y felicitaciones, Universidad de los Andes!
