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Insensibles

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Isabel Segovia
12 de julio de 2023 - 02:05 a. m.
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Hace unos días iba con mi mamá y mi cuñada en la parte de atrás de un carro, cuando observé que las tres teníamos agarrados nuestros bolsos como si estuviéramos caminando por la zona más insegura de cualquier ciudad. Cabe aclarar que viajábamos por una zona rural, en un carro completamente cerrado, donde no existía absolutamente ningún riesgo de robo. La triste realidad es que las mujeres colombianas hemos aprendido que nuestras carteras, mochilas, morrales o cualquier objeto que carguemos debe convertirse en un miembro más de nosotras y, obviamente, como es algo que hacemos ya sin pensar, no importa dónde estemos, ese elemento siempre está abrazado, amarrado a una pierna, en la mitad de dos puestos completamente estripado o metido detrás de los gemelos cuando se maneja (con el riesgo de accidente que acarrea hacerlo). Siempre está en las posturas y en los sitios más insólitos, con el único fin de hacerlo invisible. Los extranjeros se impresionan con este hábito, lo cual es lógico, pues es surreal tener que vivir así, pero para nosotros es el pan de cada día.

¿Y qué opinan de salir a caminar con alguien de otro país por una urbe colombiana? ¿No les parece una experiencia aterradora? Uno va de guardaespaldas, cuidándolo, cuidándose y, sobre todo, rogando todo el tiempo para que no quiera tomar una foto, no le vaya a timbrar el celular o no le dé por hacer una llamada, pues es un poco vergonzoso decirle que el celular en Colombia no cumple su principal función, que es poder usarlo en cualquier lugar. ¿Y qué tal cuando uno escucha a los nacionales de otros países quejarse sobre sus realidades? (el tráfico, la inseguridad, las marchas o protestas, el vandalismo o cualquier tema que afecte la calidad de vida); en vez de solidarizarnos nos volvemos condescendientes: “Eso no es nada, no exageren, no saben lo que les falta, ya quisiera que las cosas fueran así en mi país”.

También sorprende nuestra actitud cuando nos encontramos en medio de hechos angustiosos o peligrosos en otro sitio del mundo; a no ser que sintamos que realmente corremos peligro, tendemos a burlarnos y a minimizar la situación. Nos hemos acostumbrado tanto a vivir en circunstancias tan surreales, que hasta aceptamos todo lo que no está bien de manera divertida y burlesca, convirtiéndonos muchas veces en indolentes e irrespetuosos ante situaciones que deberían generar nuestra empatía. Algunos creen que es un mecanismo de defensa, una forma de enfrentarnos a la realidad en la que vivimos; no obstante, parece ser más resignación y conformismo y, sobre todo, la certeza de estar convirtiéndonos en un pueblo insensible, lo que hace que nuestros límites se hayan ensanchado y toleremos situaciones que cualquier otra sociedad no soportaría.

La semana pasada, mi hija de 12 años me preguntó qué pasaba en Francia, por qué las violentas protestas y los desmanes por doquier. Le expliqué que la policía había matado a un muchacho, hijo de inmigrantes, en un barrio socialmente complicado en las afueras de París. Su reacción me dejó consternada, pues me dijo: “¿Te imaginas que en Colombia pasara eso cada vez que asesinan un joven? Ya no habría país”. Efectivamente, en Colombia la realidad supera la imaginación, imposible que el realismo mágico surgiera en otra región. Ojalá despertáramos y dejáramos de sentirnos extraordinarios y superiores por soportar el absurdo entorno en el que vivimos.

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alberto(26571)13 de julio de 2023 - 05:27 p. m.
Cuánto de nuestros impuestos, pagamos a cambio de seguridad? Y como no se nos brinda, nos toca pagarla con medidas que afean la vida (rejas, vigilantes, cámaras, perros, cercas eléctricas, etc.) y aumentan la sensación de inseguridad. El Estado debe protegernos, para eso lo sostenemos, para eso le pagamos.
Julio(87145)12 de julio de 2023 - 09:44 p. m.
Un gran interrogante el de su hija.
colombia(76384)12 de julio de 2023 - 09:13 p. m.
y fue un solo muerto que hubiesen dicho los defensores de la patria nuestra
edison(26817)12 de julio de 2023 - 04:44 p. m.
Muy buena columna!!!
Rocio(21165)12 de julio de 2023 - 04:00 p. m.
Importantísima reflexión.
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