Publicidad

Los hermanitos menores

Sigue a El Espectador en Discover: los temas que te gustan, directo y al instante.
Isabel Segovia
16 de septiembre de 2020 - 05:00 a. m.
Resume e infórmame rápido

Escucha este artículo

Audio generado con IA de Google

0:00

/

0:00

Nos enorgullecen nuestros ancestros indígenas, tendemos a romantizar su sabiduría, sus sistemas organizativos, su relación con la tierra y su cosmovisión, lo cual no está mal. Sin embargo, no siempre sus estructuras de gobierno funcionan, y mucho menos cuando estas toman matices autoritarios. Es así como la comunidad arhuaca, una de las más respetadas del país, eligió a un gobernador condenado por la justicia indígena por violar a una menor de edad. También violó a su hermana, con quien tiene un hijo, y se hizo elegir en condiciones cuestionables.

Además de lo evidente, cabe resaltar que el sistema organizativo paternalista de los arhuacos infantiliza al resto de la población del país, bajo el pretexto de que ellos son nuestros “hermanos mayores” y en consecuencia saben más sobre cómo se debe habitar el mundo que el resto de los colombianos.

Erich Fromm, destacado psicoanalista y filósofo humanista de origen judío alemán, planteó en una de sus más famosas obras que todos los seres humanos tenemos algún grado de miedo a la libertad y por ello permitimos que los “hermanos mayores” tomen y, sobre todo, asuman nuestras decisiones y acciones (en este caso trataba de explicarse el comportamiento de los alemanes durante el régimen nazi). Este miedo explica por qué, poco a poco, aceptamos que nos restrinjan ciertas pequeñas libertades, que se van convirtiendo en más y más, y cuando despertamos de la comodidad de no tener que asumir ni responsabilizarnos por lo que hacemos y pensamos, hemos perdido la posibilidad de decidir sobre nosotros mismos.

Es así como en Colombia, un país muy difícil de gobernar, las personas que elegimos democráticamente terminan tratándonos como a una sociedad en edad escolar, donde las fallas en nuestra conducta se justifican en la falta de pedagogía, como si lo que nos faltara es aprender. Obviamente llega el momento cuando nuestro comportamiento debe ser castigado, como si estuviéramos en el colegio —uno malo, por cierto—, y es así como la cultura ciudadana termina siendo remplazada por el Código de Policía.

La infantilización de nuestra sociedad, una sociedad herida, que no termina de consolidarse, se ha visto más acentuada gracias a la pandemia que terminó de justificar las restricciones que antes tratábamos de resistir. En esta época se les otorgó poder administrativo, educativo y represivo a organismos que confunden fácilmente su función de proteger con la de castigar, mientras que los ciudadanos reprimidos, cansados del desgobierno (cada vez más indolente y desconectado de la realidad), con hambre desde antes del encierro y entendiendo que quien los debe proteger los ataca, aprovechan también para salir a cobrar lo que sienten que se les debe.

Ojalá salgamos de este letargo, decidamos desacomodarnos un poco y maduremos, porque si no, como ya se ha dicho, la nueva normalidad no será ni nueva ni normal. Mientras estuvimos encerrados e infantilizados por nuestros gobernantes, lentamente Colombia fue regresando a lo de siempre: violencia, masacres, inseguridad, desplazamientos y hambre. Un escenario desolador y agravado por el hecho de contar con un presidente incapaz que, teniendo una oportunidad histórica de consolidar un cambio de verdad, lo único que ha cumplido de su campaña es hacer trizas el Acuerdo de Paz, con tal efectividad que también está haciendo trizas todo el país.

Conoce más

Temas recomendados:

 

Julio(87145)16 de septiembre de 2020 - 08:30 p. m.
Contundente su posición señora columnista. En su remate lo dice todo con absoluta claridad.
shirley(13697)16 de septiembre de 2020 - 02:22 p. m.
Siempre lo he afirmado : El elemento más violento en nuestra sociedad es LA IGNORANCIA. Por ella nos han dominado más que por la fuerza. Ver a seres humildes, maltratados, humillados, ofendidos apoyando y eligiendo a sus PROPIOS VERDUGOS Y OPRESORES. Se requiere una transformación en la Educación : formar seres humanos libres, críticos, creativos, rebeldes y jamás MIEDOSOS Y COBARDES. Buen día.
  • Muyval(68260)16 de septiembre de 2020 - 08:37 p. m.
    Tiene toda la razón. Solo le falta un detalle: ¿quién va a financiar esa tranformación, tan necesaria, en la educación? ¿los mismos que por 201 años de vida republicana se encargaron de mantener un sistema educativo que, cuando no ausente, no se ha interesado más que en mantener el privilegio de los pocos privilegiados? Complementados ahora con celulares, televisores, equipos de sonido, licor....
Juan(8096)16 de septiembre de 2020 - 11:33 a. m.
Es un buen análisis, pero no le entrega lo que le corresponde al congreso..
Este portal es propiedad de Comunican S.A. y utiliza cookies. Si continúas navegando, consideramos que aceptas su uso, de acuerdo con esta  política.