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Isabel Segovia
02 de junio de 2021 - 03:00 a. m.
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¿Será que después de un mes protestas, violencia desmedida y la clara evidencia de que este país no brinda oportunidades a sus jóvenes, tanto así que prefieren arriesgarse a ser asesinados, torturados y desaparecidos, reaccionamos? ¿Será que después de saber que cerca de 250.000 niños, niñas, adolescentes y jóvenes (NNAJ) desertaron del sistema educativo durante el 2020 y que la noticia será peor cuando conozcamos la cifra de los que además no se volvieron a matricular, despertamos? ¿Será que después de ver que Fecode lleva a protestas, celebraciones y conciertos a los maestros, cuya mayoría lleva un año y medio sin asistir presencialmente a los colegios por miedo a contagiarse, nos sacudimos?

No sería tan complicado si la educación de los NNAJ fuera priorizada. Sólo con educación hay empleo, emprendimiento y desarrollo económico y social. Antes de la pandemia, los jóvenes llevaban meses reclamando su derecho a estudiar, a trabajar y a vivir dignamente, y ahora nos recuerdan a gritos que no sólo nada ha pasado, sino que su situación es mil veces peor: más pobres, maltratados, sin educación, sin empleo y sin oportunidades.

Los más afectados por el encierro y las políticas implementadas durante la pandemia fueron los NNAJ. Las cifras son contundentes: los colegios llevan 14 meses cerrados, y menos del 15 % de los estudiantes asisten unos pocos días al mes; la deserción escolar aumenta y quienes quieren regresar no tienen a dónde; los servicios de atención a la primera infancia en cuanto a cuidado, nutrición y educación se convirtieron en llamadas telefónicas y un mercado que comparte toda la familia; las mujeres tuvieron que renunciar a sus trabajos para cuidar a sus hijos, sin remuneración, retrocediendo años en equidad de género; la pérdida de aprendizaje ha sido colosal y, lo más grave, ahondará las brechas de desigualdad; aumentaron los índices de desnutrición y de abuso a niños y mujeres, afectando sin precedentes su salud mental; los jóvenes que comenzaron educación superior en pandemia llevan tres semestres sin conocer a sus compañeros y profesores, sin poder socializar con ellos. Para concluir, el impacto económico de todo esto será inconmensurable: el Banco Mundial estima que un año menos de colegio cuesta a la economía del país $23 millones por niño, lo que significa que a la fecha hemos perdido, al menos, unos $160 billones.

#LaEducaciónPresencialEsVital se unió a la movilización y publicó un pliego de peticiones solicitando abrir los servicios educativos presenciales, desde la primera infancia hasta la educación superior, y preparar al sector para empezar cuanto antes a compensar el tiempo perdido.

Si nos unimos a este llamado, dialogamos con los jóvenes y aseguramos entre TODOS (gobernantes, empresarios, maestros, políticos y demás ciudadanos) recursos para que los derechos de los NNAJ jamás se vuelvan a vulnerar y se cumpla siempre el Artículo 44 de la Constitución, sin importar las crisis, superaremos este momento. Necesitamos más esfuerzo del Estado y mayor contribución de quienes más tienen, para que la siguiente generación y las que vienen siempre tengan oportunidades. Sólo así nos convertiremos en un país viable. Nos toca escuchar y construir un nuevo pacto social que empiece por ellos: niñas, niños, adolescentes y jóvenes.

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Carlos(92784)02 de junio de 2021 - 11:02 p. m.
Pensamiento de politiquero colombiano : si les damos educacion de calidad a todos no vamos a poder manejarlos , ni manipularlos y se nos acaba el reinado. La mejor prueba de ello, es que la mayor parte de los manifestantes actuales son jovenes estudiantes que ya no se dejan engañar.
Didier(12213)02 de junio de 2021 - 10:19 p. m.
Señora Columnista: El problema no se puede reducir tan solo a la pandemia y ahora al paro, el tema es más complejo. Los años de abandono de una política pública social incluyente, del abandono al campesinado, de la falta de oportunidades de la juventud. Porque hay 28 millones de colombianos en Pobreza. De esos NNAJ ya han mirado su familia? y las condiciones de desamparo? No, no están simple.
Alvaro(sa3gs)02 de junio de 2021 - 04:10 p. m.
Hay que abrir guarderías y colegios ya.
Carlos(9314)02 de junio de 2021 - 03:35 p. m.
Por ahí puede estar una salida. Algo que todos puedan apoyar y comenzar a salir del atolladero. Gracias.
Atenas(06773)02 de junio de 2021 - 12:21 p. m.
Todo este pliego de lamentos q' hace Chaba sobre la inactividad en la educación con motivo de la pandemia y de paso la perfidia de Fecode, lo presenta como si fuese sólo el nuestro un caso aislado y causado desde la presidencia. Su sesgo es malévolo. Y qué opina del nuevo direc. de Fecode, Carlos E. Rivas, tenebroso delincuente acusado de asalto a la C.Agraria en Venadillo, Tol, en 1994.
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