“Hora de dormir”, dices, aunque tu lucha contra el insomnio es un largo historial de derrotas. El niño de seis años te sigue a regañadientes. Nunca quiere acostarse, se siente expulsado de la noche de los adultos, de la vida secreta que empieza cuando lo arropas y apagas la luz, ese país prohibido a la infancia. Tiernamente, os envidiáis la una al otro. Él no sabe, no podría creer, que al escuchar la cadencia regular de su respiración entrarás de puntillas a observarlo en la penumbra alumbrada por una lamparita quitamiedos. Cada noche lo contemplas mientras duerme, con el deseo de ocupar su lugar, de que su cuerpo y su paz vuelvan a integrarse en ti, de ser otra vez su cuna de carne, tranquila compañera de sus sueños. A eso dedicas –a espiarle– la formidable libertad nocturna que el niño tanto codicia. ¿Siempre será así la envidia –te preguntas– un malentendido, un error por desconocimiento, un juego de celos mutuos?
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Desvelo
10 de marzo de 2024 - 02:00 a. m.
Escritora, Dra. en Clásicas. Autora de "El infinito en un junco". Premio Nacional de Ensayo 2020 y Wenjin Award 2023 (National Library China).