El doctor Ochoa, el técnico que más títulos ha ganado en la historia del fútbol colombiano, decía que necesitaba un arquero que lo dejara dormir tranquilo. Los títulos se ganan desde el arco.
Júnior y Nacional están en las finales gracias a las actuaciones de Viera y Armani, el día jueves. En Ibagué, el golero uruguayo del Júnior dio cátedra y sacó cinco pelotas que evitaron el empate tolimense. Voló a todos lados, cortó, selló la puerta, resultó inverosímil lo que hizo para mantener el magnífico gol conseguido por Ovelar. Mientras Silva se quedó estático, sin reacción, lento en la maniobra, en el disparo del delantero paraguayo, Viera atajaba de todo.
Si se sumara la posesión de los dos partidos, Tolima tuvo el balón más del 65% pero no atinó a doblegar a Viera. Siempre por el medio, encaprichado en llegar por arriba con un delantero de talla mínima como Robin Ramírez, los de Gamero se equivocaron dos veces en la marca de Ovelar y el paraguayo les cobró las dos veces. Colectivamente, Júnior fue poco en Ibagué y en Barranquilla. Careció de potencia ofensiva y juego. Con los tres volantes de marca gana solidez defensiva pero pierde fútbol, se nota la soledad de Vladimir en el medio campo.
Armani evitó el jueves anterior que la pizarra en el Atanasio fuera más amplia a favor del Medellín que hizo un gran partido y tan sólo ganó por la mínima cuando merecía dos goles de ventaja, pues esa fue la superioridad que se vio en la cancha. Armani paró de todo, evitó el segundo y gracias a su actuación la serie fue favorable a Nacional en el segundo partido en el que a Leonel se le perdieron los papeles.
Medellín venía jugando muy bien con los tres volantes de marca en línea. A Leonel le dio por inventar y cambió el módulo, incrustando un suplente del segundo suplente, Micolta, que no dio pie con bola y abrió un terrible boquete defensivo por donde llegó Nacional. Leonel debió mantener los tres de marca y esperar a Nacional. Planteó mal y pagó caro. Tuvo que sacar al aturdido Micolta a los 25 minutos para intentar recomponer pero ya tenía dos adentro, con la complicidad del horrible Fabra.
Mientras Armani fue una fiera, González se equivocó feo en el primer gol verde. Esa es pelota de portero por más que estuviera intuyendo un centro que terminó en remate al arco.
Nacional fue justo ganador y Leonel le ayudó desdibujando a su equipo.
Los porteros, como dice el doctor Ochoa, ganan partidos y títulos. Pregúntenle a Viera y a Armani.
El doctor Ochoa, el técnico que más títulos ha ganado en la historia del fútbol colombiano, decía que necesitaba un arquero que lo dejara dormir tranquilo. Los títulos se ganan desde el arco.
Júnior y Nacional están en las finales gracias a las actuaciones de Viera y Armani, el día jueves. En Ibagué, el golero uruguayo del Júnior dio cátedra y sacó cinco pelotas que evitaron el empate tolimense. Voló a todos lados, cortó, selló la puerta, resultó inverosímil lo que hizo para mantener el magnífico gol conseguido por Ovelar. Mientras Silva se quedó estático, sin reacción, lento en la maniobra, en el disparo del delantero paraguayo, Viera atajaba de todo.
Si se sumara la posesión de los dos partidos, Tolima tuvo el balón más del 65% pero no atinó a doblegar a Viera. Siempre por el medio, encaprichado en llegar por arriba con un delantero de talla mínima como Robin Ramírez, los de Gamero se equivocaron dos veces en la marca de Ovelar y el paraguayo les cobró las dos veces. Colectivamente, Júnior fue poco en Ibagué y en Barranquilla. Careció de potencia ofensiva y juego. Con los tres volantes de marca gana solidez defensiva pero pierde fútbol, se nota la soledad de Vladimir en el medio campo.
Armani evitó el jueves anterior que la pizarra en el Atanasio fuera más amplia a favor del Medellín que hizo un gran partido y tan sólo ganó por la mínima cuando merecía dos goles de ventaja, pues esa fue la superioridad que se vio en la cancha. Armani paró de todo, evitó el segundo y gracias a su actuación la serie fue favorable a Nacional en el segundo partido en el que a Leonel se le perdieron los papeles.
Medellín venía jugando muy bien con los tres volantes de marca en línea. A Leonel le dio por inventar y cambió el módulo, incrustando un suplente del segundo suplente, Micolta, que no dio pie con bola y abrió un terrible boquete defensivo por donde llegó Nacional. Leonel debió mantener los tres de marca y esperar a Nacional. Planteó mal y pagó caro. Tuvo que sacar al aturdido Micolta a los 25 minutos para intentar recomponer pero ya tenía dos adentro, con la complicidad del horrible Fabra.
Mientras Armani fue una fiera, González se equivocó feo en el primer gol verde. Esa es pelota de portero por más que estuviera intuyendo un centro que terminó en remate al arco.
Nacional fue justo ganador y Leonel le ayudó desdibujando a su equipo.
Los porteros, como dice el doctor Ochoa, ganan partidos y títulos. Pregúntenle a Viera y a Armani.