Guerra total

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Iván Mejía Álvarez
21 de octubre de 2018 - 02:00 a. m.
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La escogencia del nuevo técnico para la selección de Colombia de mayores ha acentuado las profundas diferencias que hay en el actual comité ejecutivo de la Federación y el visible enfrentamiento de Ramón Jesurún con Álvaro González. La lucha por el poder está en todo su apogeo.

Visiblemente nervioso por las investigaciones de la Fiscalía que semana tras semana visitan la sede de la FCF y siguen buscando pruebas sobre el turbio asunto de la reventa de boletas, Jesurún ha entrado en una fase agria y el estilo “mamagallista” de la región Caribe ha quedado a un lado. Hoy es un dirigente tenso y colérico.

Desde hace meses se escribió acá que Jesurún era un rehén de Álvaro González y el tiempo se ha encargado de demostrarlo. El presidente de la Difútbol tiene a sus dos miembros en el comité siguiendo todas sus señales para hacer un bloque de tres votos. Tan solo necesita “torcer” uno de la rama profesional para hacer la mayoría, y entre Pineda y Pastrana no es difícil conseguir ese voto. Pineda no necesita nada y Pastrana lo quiere todo. La presidencia de la Federación, si prospera el “golpe de estado”, o el cargo de coordinador de selecciones con sueldo, si gana Osorio.

González insiste en que el técnico de la selección debe ser un colombiano y ese candidato tiene nombre propio: Juan Carlos Osorio, con quien ya tiene compromisos claramente detectados. Jesurún insiste en que Osorio tiene un contrato con la Federación paraguaya y que por ningún motivo tocaría a un técnico que está comprometido. Osorio se ofrece en cada declaración y espera que lo llamen de Colombia para romper el contrato vigente porque, lo admite, no le interesan los contratos sino “mi felicidad”.

El amo de la Difútbol ya saca su factura por ventanilla y la exhibe públicamente. Insiste en que apoyó a Jesurún para que no se cayera en febrero y marzo, cuando estuvo en duda su continuidad en el comité ejecutivo, y le cobra esa “lealtad”. Enfrentarse por el nombramiento del técnico hace parte del guion trazado por el sátrapa de la Difútbol, es una manera de marcarle la tendencia y el camino a Jesurún.

Mientras ellos pelean, se falsean, se dan palmaditas y se muestran los cuchillos por la espalda, la selección sigue a la deriva. Carecer de partidos para el próximo doblete FIFA es inaceptable y tan solo muestra ausencia de gestión. Jesurún, además, tiene los problemas pendientes de Amorocho y Cárdenas, dos funcionarios de la época Pékerman que el presidente quiere alejar a toda costa para poner los de su cuerda barranquillera. Y el nombramiento de un técnico en propiedad. Esta batalla apenas está comenzando.

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