El Dinamo de Kiev eliminó el jueves al Everton y consumó el histórico fracaso del fútbol inglés en las ligas europeas del presente año. Ningún equipo de la Premier logró avanzar a la ronda de cuartos en la Champions y la Liga de Europa. En el camino se quedaron Liverpool, Arsenal, Manchester City y Chelsea en el torneo mayor.
Desde 1996 el fracaso del fútbol inglés no era tan ostensible. Hace dos temporadas, en 2013, también habían fracasado, pero lograron meter un equipo en la Liga de Europa, situación que este año no sucedió y ya no hay representantes de la Premier.
Dijo Paul Scholes, el mítico jugador del Manchester United durante 18 años, que Barcelona o Real Madrid ganarían la Liga británica con 15 puntos de ventaja, dando a entender que los grandes clubes ingleses son demasiado “caseritos” y sin alto nivel.
Es raro, resulta incomprensible para quienes vemos semanalmente el fútbol de Inglaterra que, a nivel europeo, sus clubes no tengan representación porque equipos como Chelsea, Manchester City y Arsenal son buenos, dan espectáculo, y en Inglaterra se ven partidos muy agradables, bien jugados, en una Liga donde actúan muy buenos futbolistas y tienen técnicos de alto nivel, como el mismo Mourinho, ganador del torneo continental con otros elencos, Oporto e Inter, y el mismo Pellegrini con los ciudadanos.
Los ingleses tienen los clubes más potentes económicamente. Veinte equipos de la Premier figuran entre las 50 entidades más ricas del planeta. Los derechos de televisión son multimillonarios, ni siquiera parangonables con los españoles, y su repartición es más equitativa. En España, entre el Real y el Barcelona se reparten el 70% de los derechos, dejándoles las migajas a los otros equipos. Los estadios se mantienen repletos y la organización parece casi perfecta por el estado de los campos, las facilidades para los boletos, el orden y la seriedad del espectáculo en todos los aspectos.
Sin embargo, a los equipos ingleses de hoy les falta la capacidad competitiva que tuvieron en otra época. Recuérdese el Liverpool de Bill Shankly, el Nottingham Forest, el Aston Villa, para no llegar al poderoso Manchester United en las épocas de gloria, cuando Ferguson comandaba con mano imperial aquel conjunto de Cantona, etc. Los de antes encadenaban copas europeas, una tras una, pese a que no tenían grandes refuerzos europeos y se nutrían de jugadores del Reino Unido. Hoy, con el talonario abierto, larga chequera a disposición de los mánagers, sus equipos no pasan de octavos y terminan en la cuneta mas rápido de lo previsto. En Inglaterra todo muy bonito, pero no ganan, y en este juego el que no triunfa, no existe.