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A los 30 minutos de publicados los resultados electorales en Venezuela, Gabriel Boric, presidente de Chile, manifestó que “el régimen de Maduro debe entender que los resultados que dice obtuvo, son difíciles de creer”. La realidad es que existe un gran contraste entre la manera de cómo la izquierda antigua obtiene el poder y la democrática, Boric a sus 38 años entiende perfectamente la diferencia. Esta cualidad democrática de cómo aproximarse al poder y ejercerlo por la buenas y no a la fuerza es diferente en cómo se da en China, Cuba, Laos, Corea del Norte, Vietnam y por supuesto Venezuela.
En 1796, y en medio de la Revolución Francesa, Francois Babeuf, quien es considerado como el padre del comunismo y quien intentó infructuosamente instaurar un régimen que respaldara la “igualdad perfecta”, la cual evidentemente no logró nunca. Esa visión filosófica se remonta a Platón, pero la idea de socializar los medios de producción empezó a aparecer en el siglo XVI, se basaba en el colectivismo agrario; tal vez la obra más conocida al respecto es la de Tomás Moro, llamada Utopía. La diferenciación más popular del socialismo se conoció cuando Karl Marx y Friedrich Engels la hicieron pública en su obra, titulada “Socialismo vivo Marxista”; la cual tuvo una gran influencia solamente en algunos países. Esta teoría política fue refutada por dos pensadores relevantes, el filósofo Karl Popper y el economista británico John Maynard Keynes.
El mundo vive una etapa de transición que no todos percibimos, estos cambios se dan en lo tecnológico, científico, cultural, demográfico y político entre otros, desde hace algunos años la izquierda democrática gobierna en Noruega, Islandia, Dinamarca, Suecia y Finlandia, países en los cuales diferencian bastante bien el asunto político del económico, pues son bien diferentes y naturalmente no los mezclan.
Una de las grandes diferencias entre un sistema realmente democrático y uno dictatorial, se basa entre otros en llegar al poder por elección popular, en respetar la constitución, las normal y no atornillarse como el dictador Maduro. Hace unos años la fuerza bruta se imponía más fácilmente, hoy con los medios de comunicación, el internet, los eventos en vivo, a los cuáles tiene acceso el ciudadano del común, hacen más difícil que el mundo no se entere de los hechos reales. Es evidente la manera transparente de percibir el mundo por la izquierda democrática, ya que hace que intentar quedarse en el poder por la fuerza sea una tarea casi imposible. Se puede doblegar a los ciudadanos (como en Venezuela), pero el costo político internacional es muy alto y no todos están dispuestos a correrlo.
La manera de percibirla izquierda del presidente de Chile Gabriel Boric y los de la vieja guardia latinoamericana es inmensa, pues este a diferencia de Petro, Ortega, Díaz Canel y Maduro, quienes tienen una percepción del ejercicio del poder o de la manera de acceder a este, bien diferente al de la izquierda democrática. Boric no usa este sistema de gobierno para llegar al poder e instalarse para siempre, demostró ser democrático, cuando los ciudadanos votaron dos veces la nueva constitución sin intentar hacer trampa, aceptó los resultados y no lo dudó.
PS. Triste para los venezolanos y para el mundo que Edmundo González, quien ganó limpiamente las elecciones en Venezuela, se hubiera marchado a España, en lugar de quedarse en esa embajada hasta que el dictador Maduro caiga, y caerá.
