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Difícil que Colombia sea potencia de vida sin recorrer el camino del antirracismo. Lo imperativo de ese trayecto afloró en el video de la vicepresidenta para explicar que si vivía en la casa que un amigo le había arrendado en Dapa, era porque había habido dos intentos por irrumpir a la brava en su apartamento, demoliendo la entrada al conjunto donde vivía con su familia. También debido a que los arrendadores o se negaban a alquilarle a una mujer negra o le cobraban cifras estrambóticas. Toma un helicóptero desde la base aérea Marco Fidel Suárez porque el presidente dispuso la salvaguardia de su vida.
Matador desdeñó esa obviedad y se alineó con quienes consideran que llegar a su morada por aire no solo es abuso de poder, sino arribismo. Con la ilustración que publicó en El Tiempo, para inferiorizarla y mostrarla como una trepadora social, ese caricaturista trivializó los estribillos e ideales sobre las cuales la vicepresidenta cimenta sus sueños, y le atribuyó la afirmación que aparece en el respectivo globito: “Los ‘nadies’ nunca sabrán lo sabroso que vivimos los ‘alguien’”. Una figura pública tan informada en lo político tiene que saber que la frase que de manera abusiva pone en boca de Francia es contraria al compromiso y pertenencia de ella a los nadies, así bien sepa que —en palabras de Eduardo Galeano— “cuestan menos que la bala que los mata” (ver página 59 de El libro de los abrazos). Y para contribuir a exacerbar aún más las antipatías, el dibujo incluye a un niño que lleva unas arepas para un desayuno que queda tasado a precio de Black Hawk.
Ver para creer que quien ha desplegado una obra a favor de la tolerancia y el quehacer democrático termina por coincidir con la senadora María Fernanda Cabal del Centro Democrático en esa profunda subvaloración del determinante de esos desplazamientos por aire, a saber, el nuevo y último intento de atentado contra la caravana vicepresidencial, cuando el pasado 10 de enero se dirigía hacia la casa familiar en Suárez (Cauca). A la vera del camino, había siete kilos de explosivos que la Policía desactivó. En palabras del comandante de la Policía del Cauca, general Ricardo Archila, evitaron “…la afectación hacia la vida e integridad de la comunidad”. El oficial omite decir “hacia la vida de la vicepresidenta de la República” (ver).
La raigambre del racismo es tan profunda que para los personajes mencionados pareciera que lo natural fuera que la vicepresidenta no dejara de viajar en carro a ver si demostrara que saldría más barata que la munición con la cual llegaran a derribarla. “Nadies” como ella constituyen la mayoría de las víctimas del conflicto armado que Jesús Abad Colorado fotografió y hoy aparecen en las páginas de los cuatro tomos de El Testigo. Es la misma gente indígena, afro y gitana que desempeña los papeles principales de masacrada, asesinada, descuartizada, desterrada, confinada, expropiada de su cultura, espiritualidad e historia, reclutada a la fuerza, violada y hasta marcada con hierros al rojo vivo para que todo el mundo sepa a cuál de los verdugos le pertenecen las mujeres ultrajadas, según se lee en el tomo del informe de la Comisión de la Verdad titulado Resistir no es aguantar. Coautor de ese volumen es el excomisionado Leyner Palacios, hoy amenazado de muerte y —paradójicamente— a punto de exilarse.
Parafraseo el mensaje antirracista que la vicepresidenta de Colombia le mandó a la senadora Cabal: Matador, cálmese, porque ese veneno le hace daño… odiar a la gente humilde es enfermizo.
* Miembro fundador, Grupo de estudios afrocolombianos, Universidad Nacional.
