El racismo ocultador de las contribuciones de Francia Márquez Mina

“Francia Márquez ha de ser la primera funcionaria de alto nivel en visitar el triángulo de Barbacoas, Magüí y Roberto Payán”: Jaime Arocha

Foto: Redes Sociales

Francia Márquez Mina ha de ser la primera funcionaria de alto nivel en visitar el triángulo que forman Barbacoas, Magüí y Roberto Payán sobre el río Telembí, afluente del Patía, en el sur de Nariño. Viajó para participar en la celebración que la gente negra del municipio de Magüí-Payán realiza en honor a su santo patrono, Jesús Nazareno. El seis de enero le celebran una misa con cantos de marimba y, enseguida, fieles venidos de todo el país se unen en una procesión que sigue los pasos de los portadores que llevan por todas las calles del puerto la talla de ese Jesús lacerado y sangrante.

En vísperas de esos ritos, en sus casas, las familias realizan arrullos a los retablos familiares con la imagen sagrada. Le hablan al Nazareno mediante las intensas notas de las cantadoras y el sonido de marimbas, cununos y guasás. En los descansos toman viche, pero se cuidan de que Jesús no los vea, cubriendo las respectivas representaciones. La retirada del paño para que siga la música da fe de esa tradición de la gente afro, que ve en ese Cristo a otro miembro de la familia.

Este año, los magüiseños comprobaron el privilegio de tener en Francia Márquez Mina a una vicepresidenta compenetrada con esa afroteología que humaniza a Dios, la Virgen y los santos. Además, lo demostró con la destreza con la que interpretó las danzas que en esa región se hacen en honor a su figura patronal. Fue muy consciente de que una solemnidad que sirve de imán a emigrantes y desterrados avalaba el compromiso político que había asumido con las Afrocolombias en general y con el Afropacífico nariñense en particular, cuyos alcaldes viajaron para participar en las festividades. Francia reiteró el conjunto de obligaciones intersectoriales para mejorar la infraestructura regional, en muchos casos inexistente o abandonada:

Cien mil millones de pesos para que, junto con la ANI y el Ministerio de la Igualdad y la Equidad, se culmine la transformación en carretera de la trocha que une Barbacoas con Magüí; 70 mil millones de pesos para que Aerocivil saque adelante un aeródromo que también beneficie al puerto de Roberto Payán e incluya dentro de sus prioridades el aeropuerto de Timbiquí y la modernización del de Tumaco; seis mil millones de pesos para que, con el Fondo de Adaptación y el mismo Ministerio, se ponga al servicio el hospital, cuya terminación lleva trece años en pausa. Además, los planes que había hecho la entonces ministra de Educación, la socióloga Aurora Vergara Figueroa, para que esa región tuviera su universidad.

Las vejaciones publicadas en Facebook tras la visita de la vicepresidenta a esa región del Telembí llenarían de envidia a supremacistas blancos como los Proud Boys de Trump. Ese tipo de improperios explica los minutos que —en el muy comentado consejo de ministros del 4 de febrero— la doctora Márquez dedicó a su catarsis. Los tratos desobligantes han venido incluso ni más ni menos que de la actual canciller, Laura Sarabia, sin objeciones explícitas por parte del presidente. De otra manera, quizá el repaso de logros debidos a su gestión ministerial habría ocupado buena parte de esas seis horas que fueron televisadas.

Iniciativas adicionales son de fácil consulta en redes sociales. Entre ellas, Estrategia África ha sido muy vilipendiada por la oposición. Su miopía sectaria le impide percatarse de que, en esta nueva coyuntura mundial, las grandes potencias se disputan las finanzas y los riquísimos recursos naturales del continente africano. Estados Unidos reedita maniobras para monopolizar uranio y cobalto de Katanga, como lo hizo hace 40 años, cuando el líder congoleño Patrice Lumumba fue asesinado tras ser acusado de comunismo, a pesar de que promovía un panafricanismo que buscaba que los verdaderos beneficiarios de la explotación de los infinitos recursos naturales de su país y del continente fueran los propios africanos y no solo las multinacionales colonialistas**. Una reivindicación muy similar a la que ha hecho la vicepresidenta Francia Márquez Mina al abrir las puertas a la cultura, la historia y el comercio con África, así como al favorecer economías sostenibles y equitativas para las Afrocolombias y el resto del país.

* Doctor en antropología cultural, miembro fundador, Grupo de Estudios Afrocolombianos, Universidad Nacional.

**Ver la reseña que el 17 de febrero hizo Democracy Now del documental “Soundtrack to a Coup d’Etat”.