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Geografías racializadas en Palestina y Colombia

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Jaime Arocha
30 de julio de 2024 - 05:00 a. m.
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“Give us the tools faster and we’ll finish the job faster” (Entre más rápido nos den las herramientas, más rápido terminaremos nuestro trabajo). Quizás esta sea la afirmación más perturbadora que el pasado 24 de julio hizo el presidente Benjamín Netanyahu ante las dos cámaras del Congreso de los Estados Unidos, y no se inmutó al afirmar que los propios palestinos dizque se robaban las toneladas de comida que su gobierno dejaba pasar. El documento titulado “We Are Israelis Calling on Congress to Disinvite Netanyahu” (Somos israelitas que le piden al Congreso desinvitar a Netanyahu)** ayuda a comprender que de ese trabajo a completar en el futuro inmediato, el más cruel consistiría en la perpetuación del exterminio gazatí, la expansión violenta de los asentamientos judíos en Cisjordania y la eternización de Netanyahu en el poder. A él lo aúpa un parlamento más que todo fundamentalista, el cual, para los firmantes, pone en riesgo la propia existencia del Estado de Israel.

Por fuera del capitolio, una multitud que incluía a cientos de judíos y decenas de rabinos clamaba por el arresto de Netanyahu debido a las acusaciones de la Corte Criminal Internacional por crímenes de guerra y genocidio. Sin embargo, no he hallado registros gráficos sobre protestas contra el apartheid que Amnistía Internacional denuncia y condena desde hace por lo menos diez años. ¿Por qué el vacío acerca de la base racista que tiene esa ignominia? Sugiero que allí interviene el cincelaje mental, indoloro y casi inconsciente de lo que ya es común definir como geografías racializadas, esa intersección entre características de la naturaleza, capaces de modelar a las personas y así determinar grados de inferioridad o superioridad humana. Para aclarar mi pensamiento, me saldré de Washington y Gaza y me concentraré en Bogotá.

Este año, alrededor de la Filbo hubo una conversación acerca de la invitación que le hizo Velia Vidal a Irene Vallejo para que conociera de primera mano el proyecto Motete, que estimula el amor por la lectura entre niños y niñas del Chocó. El periodista Jorge Espinosa le preguntó a la invitada de honor para qué darles prioridad a los libros en un escenario de tantas carencias. Pilar Quintana apeló a su experiencia en el Pacífico para ponderar los beneficios del libro en contextos de marginación. Ante un ninguneo regional que Irene Vallejo contradijo a partir de su viaje, estuve expectante por la reacción que tendría Piedad Bonett. Ella venía de criticar por excluyente el programa de la fundación Manos Visibles, el Fondo de Cultura Económica y la Fundación Sura para corregir los vacíos objeto de la conversación que menciono, mediante el fomento de la escritura entre jóvenes negras y negros. Sin embargo, ni en la columna que objeta ese estímulo, ni en la conversación de la Filbo, ella aludió a un acervo literario que podría hacer superflua la iniciativa dizque excluyente, y al mismo tiempo corregir las falencias atribuidas a las gentes del Afropacífico. En efecto, ese repertorio figura en manuales escolares que ella debe conocer dada su experiencia docente, el cual, además ha sido objeto de identificación y amplia difusión por parte de las universidades del Valle, Cartagena, Córdoba, Pereira, Instituto Caro y Cuervo, Biblioteca Nacional y el Ministerio de las culturas, las artes y los saberes. De antologías que la academia internacional valora, tan solo menciono las obras poéticas de Miguel A. Caicedo y Elcías Martán Góngora y entre las novelas, Las estrellas son negras de Arnoldo Palacios y Memorias del odio de Rogelio Velásquez, referente al líder rebelde Manuel Saturio Valencia, el último condenado a muerte en Colombia.

Palestinos retratados como raponeros de comida y afrochocoanos vistos como incapaces de beneficiarse de un libro. A partir de semejantes distorsiones, el destierro, confinamiento, etnocidio y genocidio pueden ser más realizables y digeribles.

*Miembro fundador, grupo de estudios afrocolombianos, Universidad Nacional. Director, Nueva revista colombiana de folclor

**Firmado por David Harel (presidente de la Academia Israelí para las Ciencias y las Humanidades, Tamir Pardo (exdirector de Mossad), Talia Sasson (exdirectora del departamentos de tareas especiales de la Fiscalía General), Ehud Barak (exprimer ministro de Israel), Aaron Ciechanover (premio Nobel de química) y David Grossman (novelista y ensayista).

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ELIZABETH(23598)31 de julio de 2024 - 04:16 a. m.
Gracias
Norma(12580)31 de julio de 2024 - 02:36 a. m.
Excelente, gracias, lo comparto plenamente, Maestro.
alfonso(9763)30 de julio de 2024 - 07:14 p. m.
"La plata que uno le mete al Chocó, es como meterle perfume a un bollo". Rodrigo Meza diputado de Antioquía en asamblea del 07 de mayo 2012. Y después se preguntan por qué esto, por qué aquello
Martha(69929)30 de julio de 2024 - 02:17 p. m.
Pero bueno Israel y sus prácticas nazis!! Ocupacionista, genocida, practica el Apartheid y todas las aberraciones en contra de la humanidad!!!
Atenas(06773)30 de julio de 2024 - 01:23 p. m.
Columna q’ en general no me sorprende de Arocha, pa mí es extremista en sus apreciaciones y jeremíaco en sus intenciones. X eso se suma a ver el mundo al revés, x ejem. la obvia reacción de las FFAA de Israel luego del terrorista ataque de Hamás,- q’ así han de proseguir mientras no regresen los 130 israelíes secuestrados y a más de enfrentar los ataques q’ desde Irán ordenan-.Ah, de lo de aquí, con los desplantes q’ cuenta a q’ son sometidas las negritudes, huele más a chismes y lamentos.Atenas
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