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Con respecto a la reportería sobre los horrores de la guerra en Gaza, destaco el papel excepcional del podcast “Democracy Now, the war and peace report”. El 5 de julio, Amy Goodman, su presentadora, y Nirmin Sheikh entrevistaron al reportero independiente Sharif Abdel Kouddous y a Kavitha Chekuru directora del documental de Al Jazeera, “The night won’t end: Biden’s war in Gaza” (La noche interminable: la guerra de Biden en Gaza).
La película sigue a tres familias sacrificadas desde octubre de 2023. Reitera el interrogante sobre la complicidad del gobierno de los Estados Unidos con el suministro de bombas y armamento y la consecuente violación de la legislación internacional condenatoria del genocidio. Detalla, además, los movimientos forzados desde Gaza hasta los espacios que Israel había definido como seguros en Rafah y Jan Yunis. Sin embargo, hace énfasis en que los damnificados han tenido que regresar al norte desde que a esa región ingresaron tanques y armamento pesado de la división 162.
El título de la cinta lo dio una niña de la familia Salem, quien metía su carita por debajo de la de su mamá, cuando comenzaban la noche, el terror y la incertidumbre. El bombardeo del 11 de diciembre de 2023, acabó con la casa que habían remodelado. Así, se guarecieron en el edificio que ocupaban otros miembros de la misma familia extendida. Allá un destacamento militar ingresó disparando. Un vecino grabó en su teléfono cómo separaban a mujeres, niñas y niños y, ante unas y otros, desplegaron el espectáculo de tortura y ejecución de los hombres, sin que hasta ahora se haya demostrado la presencia de milicianos de Hamas en ese grupo familiar.
Al-Ghaf es la segunda familia de cinco miembros, refugiados con familiares en Jan Yunis. El niño de dos años le pidió al padre galletas de dátiles. Mientras iba a la tienda, bombardearon el edificio. En la ambulancia aparecen las dos niñas mayores y, moribundos, la madre y el bebé, a quien el padre le toma la mano para que le reciba las galleticas, pero el niño se había quedado sin boca.
La tercera historia es sobre Hind Rajab, de seis años, ilusionada con ser dentista y tener un consultorio con su hermana Hanoud, aspirante a médica. Tomaron el carro familiar en busca de amparo, pero las interceptó un tanque. Mientras que desde su celular, Hanoud suplicaba que las socorrieran, uno oye la ráfaga que la silenció. Hind quedó viva, y como perdía sangre, duró pidiendo auxilio hasta que oscureció. En medio de una angustia inenarrable, médicos y una psicóloga de la Media Luna Roja palestina lograron permiso de Israel para el rescate. Los paramédicos siguieron la ruta autorizada, pero no llegaron porque otro tanque destrozó la ambulancia. Tan solo una semana después fue posible examinar los huesos astillados y calcinados, mezclados con latas retorcidas. Forensic Architecture demostró que tanto al automóvil, como a la ambulancia los impactaron proyectiles de probable fabricación norteamericana. Ese hallazgo reforzaría otros que señalarían la violación de la ley Leahy de los Estados Unidos, la cual, como las internacionales, requiere la total condena de amigos o enemigos que atenten contra civiles indefensos en contextos de conflicto armado.
De la posible complicidad del presidente Biden con el genocidio en Gaza versan las ruedas de prensa y entrevistas del documental. Resalto la que le hacen a Josh Paul, quien renunció a su posición dentro del Departamento de Estado porque, para él, a lo largo de los últimos 20 años, se ha impuesto y naturalizado “una cultura de la impunidad” debido a la aceptación de la sistemática violación de los derechos de los civiles palestinos. Por su parte, Agnès Callamard, secretaria general de Amnistía Internacional, sostuvo que como los Estados Unidos han consentido que Israel cometa los peores crímenes contra Palestina, ya son inaplicables las reglas que desde 1948 se habían acordado para unir a la humanidad y defenderla. Para ella, ese país y sus aliados le han abierto la puerta al infierno.
Nota: Un gesto antirracista y feminista habría sido el nombramiento de una intelectual afrodescendiente en reemplazo de la profesora Aurora Vergara como ministra de Educación. Queda el gobierno del cambio en déficit con respecto al pueblo negro, además por la condena más bien tímida del atentado del 10 de julio contra la caravana de seguridad de la vicepresidenta Francia Márquez, quien había viajado con la doctora Vergara a Timba, para visitar el sitio para la sede de la Universidad del Valle en el norte del Cauca. Si ella retorna al Centro de Estudios Afrodiaspóricos del ICESI, con seguridad seguirá dándole brillo a un ejercicio académico de reconocimiento internacional.
*Miembro fundador, Grupo de Estudios Afrocolombianos, Universidad Nacional. Director, Nueva Revista Colombiana de Folclor
