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Las etnomembresías de la Academia Colombiana de la Lengua

Jaime Arocha

15 de julio de 2025 - 12:00 a. m.
“Si la Academia se estremecerá con el acervo que aporta la poeta Mary Grueso, también lo hará con la gramática Misak”: Jaime Arocha
Foto: Archivo Particular

“Muñeca negra” de Mary Grueso es el más conocido de sus cuentos infantiles. Nos ha inspirado para comprar las muy bellas muñecas de trapo que vende la tienda de artesanías de El Caraño, el aeropuerto de Quibdó. No las sueltan las niñas a quienes se las hemos regalado. A la nuestra la bautizamos Kadidja para que en la cotidianidad nos recuerde la fortaleza, bondad, humor y ética de la mamá de “Amkulel, el niño Fulbé”, como se titula la autobiografía que dictó el filósofo mandinga Amadú Hampeté Bâ sobre su infancia en los escarpados de Bandiágara (Mali).

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Es así como la maestra Mary, poeta y cuentera guapireña, se ha entretejido en nuestra vida familiar. Es la primera mujer negra en ser Miembro Correspondiente de la Academia Colombiana de la Lengua. La ceremonia de ingreso fue el pasado 7 de julio, luego de que, días antes, la lingüista misak Bárbara Muelas hubiera protagonizado el mismo rito de paso. La académica Guiomar Cuesta Escobar y los académicos Daniel Samper Pizano y Alfredo Ocampo Zamorano postularon la candidatura de la maestra Grueso, cuya obra para niños, junto con otros poemarios, ha sido promovida y publicada por Cuesta y Ocampo en Apidama, la editorial que ambos fundaron en 2002.

Esa casa ha sido protagonista del realce que las poetas de ascendencia africana han recibido, desde que Águeda Pizarro en 1987, cuando llega la poeta, María Teresa Ramírez Nieva, con su arrollador estilo, les dio un lugar preponderante en el Encuentro de Poetas Colombianas del Museo Rayo. Y las Ediciones Embalaje publicaron los libros de poemas: “La noche de mi piel” de María Teresa Ramírez; “Lunamar” de Ana Milena Lucumí, y “Todos somos culpables” de María Elcina Valencia Córdoba. Luego en el 2007, con el nombre de Almanegras, Águeda Pizarro bautizó a las poetas afrocolombianas más significativas, cuya obra es excelente.

Sin embargo, el volumen más relevante con respecto a contribuciones merecedoras de la atención nacional es Negras somos. Antología de 21 mujeres poetas afrocolombianas de la Región Pacífica, la cual recopilaron y prologaron Cuesta y Ocampo en el 2008. En 2010 el Ministerio de Cultura la publicó con el número XVI de la muy difundida Biblioteca de Literatura Afrocolombiana. En el prólogo de estas Antologías ellos descubren que el Ritmo Anfíbraco, que se encuentra en los poemas y en la música Afrocolombiana, es el gran aporte Afro a la Literatura Castellana (2).

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Para la Academia, la presencia de la maestra Mary quizás implicará el reto de flexibilizar sus estándares de pureza frente a variaciones dialectales del Afropacífico, como las del poema “La negra en la ciudad” (3). Incluye vocablos que deben ser explicados mediante notas al pie de página: Velai, así es; chapembé, mire; “mi’arrisqué la pollera, me subí la falda; cachaloa, moneda que acuñaron mineros franceses para sus entables de Timbiquí, pero que en ese poema se aplica a una mujer que pasa de mano en mano; peje, pez y chautizá, pez diminuto. Esto además de géneros desconocidos para la gente andinocentrada, como “chigualo”, ceremonia de juego, canto y baile para celebrar que el niño o niña que muere a los dos años o antes se vaya directo al cielo; “arrullo”, canto navideño equivalente a villancico, y “alivio”, rito musical fúnebre para aliviar el alma de los difuntos. Lo anterior además de deidades humanizada, como se aprecia en “Si Dios hubiese nacido aquí”, poema que incluye a una virgen María “gordita como yo [doña Mary], que sobre la cabeza llevaría un platón…con pargo pa’ comé frito y el ñato (4) pa sancochar; canchimala (5) pa’l tapao (6) y toyo (7) pa’ surá (8)”. Y Dios “tomaría viche (9) en la fiesta patronal, sentiría en carne propia la falta de equidad, por ser negro, por ser pobre y por ser del litoral”.

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Si la Academia se estremecerá con el acervo que aporta la poeta Grueso, también lo hará con la gramática Misak con la cual contribuye la maestra Muelas, así como con el sentido circular del tiempo que también es propio de ese pueblo. Se impondrá balancear la tendencia hispanocéntrica que desde 1870 ha predominado en una institución que ya en 1978 había roto con la exclusividad masculina al admitir a la poeta Dora Castellanos. Juntas contribuirán a la apertura polilingüe y pluricultural de una institución que ha tendido al hispanocentrismo.

(1) Jaime Arocha es doctor en antropología cultural y miembro fundador del Grupo de Estudios Afrocolombianos de la Universidad Nacional.

(2) Palabras de la académica Guiomar Cuesta Escobar pronunciadas el 7 de junio de 2025 por la posesión de la poeta Mary Grueso Romero como miembro correspondiente de la Academia Colombiana de la Lengua.

(3) “El otro yo que sí soy yo”, poemas de amor y mar (1997) en Descolonizando mundos: aportes de intelectuales negras y negros al pensamiento social colombianos (Clacso, 2017).

(4) Pez chato.

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(5) Pez marino de barbas.

(6) Especie de sancocho de pescado, yuca y plátano que se prepara luego de haber cubierto la olla con hojas de plátano.

(7) Tiburón.

(8) Sudar.

(9) Destilado artesanal de caña, hoy patrimonio cultural.

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