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El Valencia que le impusieron a doña Rosalina Congo anulaba el Mandinga de sus antepasados. Fue un ocultamiento consciente para realzar la supuesta magnanimidad de sus esclavistas al darle carta de libertad, luego de años de haberse lucrado con su trabajo forzado. Sin embargo, a medida que ella y los de su familia fortalecían su autonomía, también rescataban el apelativo como descendientes de una de las civilizaciones más antiguas de Mali (África occidental), y además, a su nieto le permitían suprimir el Jorge de la pila bautismal, por Naka. Hoy, Naka Mandinga reivindica la genealogía de Juan Bautista Mandinga, su tatarabuelo, quien —a comienzos del siglo XVIII— se alzó contra el amo aristócrata Pedro Agustín de Valencia y lideró el movimiento cimarrón del río Yurumangüí, cercano a Buenaventura.
En la presentación que hacía en Tumaco para celebrar el cumpleaños 25 de la Ley 70 de 1993, Naka agregó que para evitar el reclutamiento forzado durante la guerra de los Mil Días, los hombres de su comunidad se refugiaron en el monte y permanecieron tres años sin ir a Buenaventura. ¿Cómo sobrevivieron? Por la capacidad de aguante, dice él, la cual también había derivado en lo que hoy llamamos seguridad alimentaria.

Ya en la adolescencia, Naka conoció a monseñor Gerardo Valencia Cano (1917-1972), gran promotor de las organizaciones negras del Afropacífico. Naka recibió las lecciones que el religioso impartía en los Encuentros de Pastoral Afroamericana y en el Instituto Matía Malumba. De esas palabras destaco las que se refieren a la territorialidad: “Nada más absurdo que llevar la reforma agraria, modelo INCORA, a una región donde la tierra es de la comunidad”. También, que educar debe ser “…descubrir al hombre sus relaciones con el ambiente, para explotarlo en beneficio propio y en el de la comunidad”, además de las relativas a la paz, “se impone un cambio de estructuras pero no se debe recurrir a la violencia armada y sangrienta que multiplica los problemas humanos, ni a la violencia pasiva inherente a las estructuras actuales que deben ser modificadas…”1.
La última de estas enseñanzas tiene antecedentes en esa insumisión pacífica que el cimarrón Domingo Angola lideró a finales del siglo XVII, haciéndole llegar al Consejo de Indias un documento para la dejación de armas a cambio de que la corona respetara la autonomía del palenque de San Miguel Arcángel2. Ese pasado le da sentido al Proceso de Comunidades Negras (PCN) del cual Mandinga ha sido parte.
En la noche memorable y conmovedora del 19 de junio de 2022, Naka no pudo compartir el proscenio del Movistar Arena con otros miembros del PCN, incluyendo a la vicepresidenta electa Francia Márquez, Dorina Hernández, Carlos Rosero y Hernán Cortés. Como Naka, habían pertenecido a la Comisión Especial de Comunidades Negras que elaboró la Ley 70 de 1993 a partir del artículo 55 transitorio de la Constitución de 1991, garante inédito de los derechos territoriales y políticos de los pueblos de ascendencia africana. Naka se refugió en Brasil para no caer abaleado. Un damnificado a quien se le frustró la posibilidad de acompañar en el podio de la futura vicepresidenta a esas dos lideresas y a esos dos líderes, quienes también han sido víctimas del conflicto armado, y quienes, a su vez, hacen parte de los nueve millones que registra el informe de la Comisión de la Verdad, al cual presentó el padre Francisco de Roux 11 días después en el teatro Jorge Eliécer Gaitán. Casi de manera simultánea la JEP recogía la súplica de perdón que hizo el Secretariado de la desmovilizadas FARC-EP. Esos dos puntales del proceso de paz y el compromiso por la vida que Gustavo Petro y Francia Márquez han hecho explícito consisten en garantías para el florecimiento de los derechos de la gente afro.
* Miembro fundador, Grupo de estudios afrocolombiano, Universidad Nacional y profesor, Programa de Antropología, Universidad Externado de Colombia.
1 Ver Arboleda Quiñones, Santiago. 2003. Gerardo Valencia Cano: Memorias de resistencia en la construcción del Pensamiento Afrocolombiano. Popayán: XII Congreso de Historia, agosto 4-8
2 Navarrete, María Cristina. 2008. San Basilio de Palenque: memoria y tradición: surgimiento y avatares de las gestas cimarronas en el Caribe colombiano. Cali: Universidad del Valle.
