El hormiguero es un corregimiento rural del municipio de Cali. Allá llegué en 2012 para estudiar la balsada del 8 de diciembre en honor a la virgen de la Inmaculada.
Constaté la conciencia cotidiana de ese pueblo por descender de quienes fueron esclavizados durante la colonia en la hacienda Cañasgordas, su hermandad religiosa con los del Afropacífico y su lucha por ser reconocido como comunidad negra, y describí la balsada dentro de las devociones que comunidades negras les tributan a sus vírgenes y santos patronos para que de esa manera quedara incluida en una exhibición temporal que el Museo Nacional aplazó indefinidamente.
Durante ese año, arqueólogos del Instituto Colombiano de Antropología e Historia también trabajaban en la reconstrucción de la hacienda colonial y un equipo de comunicadores de la Universidad Autónoma de Occidente elaboraba un registro visual acerca de tal proceso y sobre la genealogía de ese pueblo campesino. No obstante estos y otros acervos aportados, el 30 de enero de 2013 el director de Consulta Previa envió una carta a la presidenta del Consejo Comunitario de El Hormiguero ratificándole que el Ministerio del Interior aún albergaba dudas sobre la identidad negra de la comunidad. Paradójicamente, así respondía el funcionario a un derecho de petición sobre una crisis que llevaba tiempo incubándose: esa comunidad de las orillas del río Cauca quedaría aniquilada por la reforma del POT de Cali, la cual, entre otras transformaciones inconsultas, incluye 1.630 hectáreas de una franja urbanizable que llega a Jamundí.
Para peor de males, Hormiguero no es la excepción. Playa Renaciente, que hace parte de otro corregimiento caleño, así como otras comunidades a orillas del río Cauca, atestiguan que el Estado oculta sus identidades étnicas afrocolombianas como mecanismo de circunvalar la consulta previa, libre e informada que contemplan la Constitución Nacional y el Convenio 169 de la OIT sobre los derechos de los pueblos étnicos a la salvaguardia de sus territorios ancestrales. Es irónico que para el gobierno las minorías étnicas nunca hayan dejado de tenderle obstáculos al desarrollo nacional, así la concepción de ese desarrollo siempre haya dependido de economistas responsables de la distribución inequitativa del ingreso.
Por si fuera poco, el gobierno ha pervertido la consulta previa. El Proceso de Comunidades Negras denunció que a finales de 2011 y comienzos de 2012, el entonces ministro del Interior, Germán Vargas Lleras, le untó mucha mermelada a la ya desaparecida Comisión Consultiva de Alto Nivel en busca de que la consulta previa no obstaculizara la aprobación del Plan Nacional de Desarrollo, Prosperidad para Todos y La Ley de Desarrollo Rural. De ahí la rechifla de la cual fueron objeto antiguos miembros de esa consultiva cuando se presentaron en Quibdó el 23 de agosto de 2013 para tomar parte en el Primer Encuentro Autónomo del Pueblo Negro. Allá nació la Autoridad Nacional Afrocolombiana con el mandato de combatir el clientelismo al cual el gobierno es afecto. Hoy esa autoridad denuncia la trama para debilitar la consulta previa como supuesto medio de desatrasar el progreso infraestructural del país. Parece que el próximo cuatrienio será el del buldócer arrasador a cargo del doctor Vargas Lleras.