Tercerización y terror

Jaime Arocha
31 de enero de 2023 - 05:01 a. m.

Insisto acerca del difícil reto que lanzó la Comisión de la Verdad: desaprender “modos guerra” como uno al cual se refiere el segundo tomo de “El testigo”. Allí, Jesús Abad Colorado destapa la tercerización del asesinato mediante el terror. En abril de 2003, los guerrilleros del Eln que estaban en Cocorná (Antioquia) le notificaron a un anciano, Gabriel Arturo Villegas, que habían secuestrado a su hija, la maestra Ana Cecilia, y que la matarían si a los dos días él no había ejecutado al paramilitar Matute. No valieron las peticiones de dos comandantes encarcelados en Itagüí. Incluidas en el libro, las cartas desde el cautiverio a la hija de nueve años refuerzan esa narración contra el uso político de la sevicia.

También me ha conmovido “Marea de sombras”, novela sobre Buenaventura que publicó Fabio Martínez con informaciones que conoció a lo largo de los dos años que ejerció la rectoría de la sede que la Universidad del Valle tiene en ese puerto[1]. “Reino de muertos” es el título de los dos capítulos que enumeran crueldades como las que han realizado en casas de pique verdugos muy jóvenes, adictos a la buena vida del “guisqui”, la ropa de marca, adornos, motos y mujeres. Entre sus víctimas están quienes no alcanzan a cubrir toda la extorsión exigida en pro de la “seguridad”; las amarran sobre una mesa, prenden un radio, pero que no ahogue esos gritos que deben escuchar los vecinos, y las cogen a machete. Ametrallaron a un lanchero que se negó a botar al mar bolsas llenas de restos, así como a la cocinera que llevaron a un laboratorio de cocaína, pero resultó habladora.

Por fortuna, tienen lugar los primeros pasos de la paz con las bandas de ese puerto y con los elenos tercerizadores. Sin embargo, apremia garantizar la no repetición. Como sucede en otros foros, el podcast de María Jimena Duzán con Camilo González Posso, presidente de INDEPAZ, aproximó retos como el de la verificación de ceses al fuego multilaterales imaginados para la salvaguardia de comunidades que esa guerrilla, precisamente, considera el fundamento de las negociaciones[2]. Entre otros obstáculos, enfocaron la desposesión territorial de campesinos y minorías étnicas, así como la lentitud reforma rural integral. Sin embargo, nada hablaron de terapéuticas a favor del modo paz. Abad Colorado se refiere a Equitas (Equipo colombiano interdisciplinario de trabajo forense y asistencia psicosocial), oenegé con terapias para los traumas emocionales por la desaparición forzada, pero ¿qué de los ejecutores? Aquí no estamos ante los verdugos agobiados por la culpa con quienes trabajó Edmund Carpenter. Terminaron inutilizados por el alcohol o suicidados, luego de haber electrocutado o inyectado a los condenados a muerte. Parecería que a nuestra situación la complican quienes más bien se portan como burócratas a las órdenes de un jefe, y trivializan la muerte al considerarla demostración del cumplimiento de una misión. Quienes saben de la obra de Hannah Arendt sobre la banalidad del mal, hablan de esos victimarios con preocupación porque poco reconocen remordimientos y arrepentimientos.

* Miembro fundador, Grupo de estudios afrocolombianos, Universidad Nacional.

[1] 2017, Madrid: Sial/Casa África

[2] Enero 24 de 2023, Spotify

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