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Chambacú: un barrio que hierve y se pudre de humanidad

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Javier Ortiz Cassiani
03 de septiembre de 2021 - 05:00 a. m.
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Se cumplen 50 años de la salida de los habitantes de Chambacú de los terrenos donde estuvo a un costado de las murallas de Cartagena de Indias. Ante una obra como Chambacú, corral de negros, y todas las menciones que Manuel Zapata Olivella hizo del barrio en otros trabajos, es normal que el pequeño texto que Gabriel García Márquez escribiera para El Espectador en junio de 1955 con el título de “El barrio más humano” pase desapercibido. “Lo más humano que tiene Cartagena es Chambacú, un barrio que hierve y se pudre de pura humanidad”, dijo Gabo. “Siempre se encuentra una manera de que los turistas que llegan a Cartagena cargados de baratijas y papagayos no pasen por Chambacú, cuando sería mejor y tal vez más fácil que Chambacú no existiera, para que tampoco existiera el temor de que lo vieran los turistas”, dijo Gabo a propósito de la afirmación de que “Chambacú será humanizado”, que por esos días circulaba como un mantra en los corrillos de la administración de la ciudad.

En la idea de que nada había más humano que ese barrio de miseria y talento a la orilla de un lago, Gabriel García Márquez anotó que lo que no era humano era otra cosa: “que las autoridades que durante veinte años han visto crecer 1.127 barracas sobre un basurero” no hubieran podido encontrar “la manera de cambiar las cosas, a pesar de que esta nota se está escribiendo desde hace veinte años, casi todos los meses y en casi todos los periódicos”. La paradoja es que la nota se siguió escribiendo durante quince años más, hasta que definitivamente la gente fue sacada de allí, sólo para que empezara a escribirse otra historia, una de especulación predial y corrupción, protagonizada por dos familias políticas de Cartagena y un exministro y exdiplomático colombiano de alto nivel y baja estatura.

El mismo año en que Gabo publicó la nota, en una edición de noviembre de la revista Cromos –entre fotos y reportajes sobre reinas de belleza–, Juan Zapata Olivella –hermano de Manuel– publicó una pequeño texto sobre Chambacú con fotografías de Nereo López. En 1955 se dio a conocer un plan de desarrollo urbano que planeaba sacar a la gente del sitio para entregarles “casas prefabricadas de construcción holandesa que integrarían el sector residencial 11 de Noviembre, aledaño al barrio de La Esperanza”. Allí apareció la foto del puente –en la que se ve a un grupo de personas transitando o haciendo corrillos– que todos suelen usar cuando hablan o escriben del desaparecido barrio. Alguien alguna vez puso que la imagen era de 1968, y la mayoría se fue con el bulto, otros dijeron que era de 1967, y también hay quienes han consignado la fecha de 1940. Lo peor es que nunca se le da el crédito a su autor –Nereo López–, ni siquiera en la copia que registra la Fototeca Histórica de Cartagena en la que también está errada la fecha. Es posible que la foto no sea exactamente de 1955, pero sin duda no es de 1940, los primeros reportajes gráficos de Nereo en Cromos son de 1953-54, de hecho, fue apenas hasta 1944 cuando se acercó a la fotografía gracias a que un amigo dejó su cámara porque debido a las restricciones producto de la II Guerra Mundial no podía viajar con equipo fotográfico.

Chambacú: un barrio que hierve y se pudre de humanidad

La historia se trata de saber ver –como Nereo– para lograr con imaginación mejores composiciones, incluso de las miserias de Chambacú.

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